Acuerdo entre el secretario de la ONU y el presidente de EE UU sobre la ayuda a Bosnia
El secretario general de las Naciones Unidas, Butros Gali, informó ayer, tras su entrevista con el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en la Casa Blanca, que no existe ninguna diferencia entre ellos sobre el envío de ayuda humanitaria a los musulmanes del este de Bosnia y que esa operación "se hará en completa coordinación" entre el Gobierno norteamericano y los cascos azules, aunque no precisó quién llevará el mando militar. Fuentes estadounidenses han informado que la operaición podría llevarse a caho este mismo fin de semana y que se intentará que no provoque una escalada militar en la zona.
Al término de una reunión de más de una hora de duración con Clinton, el secretario general de la ONU, que hasta ahora había sido reacio a la iniciativa norteamericana por el temor a que desencadenase enfrentamientos armados de mayores proporciones en Bosnia, manifestó que "se tomarán todas las precauciones para evitar cualquier tipo de escalada".La cadena CNN informó que, entre las concesiones hechas por Clinton para ganar el apoyo de Gali está la de renunciar a que aviones militares escolten a los C- 130 que se encargarán de dejar caer en paracaídas los paquetes con ayuda alimentaria para los más de 100.000 musulmanes que se encuentran cercados por las fuerzas serbias en la región de Bosnia oriental. Las milicias serbias de Bosnia sospechan que algunos de esos paquetes puedan contener armas en lugar de alimentos y han amenazado con disparar contra los aviones norteamericanos que traten de cumplir con la misión.
Estados Unidos ha insistido hasta ahora en que al mando de la operación estén oficiales norteamericanos. Gali pedía que toda la misión fuese dirigida por los oficiales de los cascos azules que se encuentran en la antigua Yugoslavia. En relación con esta discrepancia, el secretario general afirmó que "la operación estará bajo la autoridad de las Naciones Unidas", pero añadió que el punto del mando militar "no ha sido discutido porque esto es todavía un proyecto y no se ha entrado en detalles".
Para el lanzamiento de provisiones los aviones tendrían que volar a baja altura, lo que los haría muy vulnerables a la artillería antiaérea de los serbios. Si alguno de esos aviones fuese alcanzado durante su misión, Estados Unidos no quiere que la decisión de cómo contestar a ese ataque quede en manos del oficial indio que manda las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas, el general Satish Nambiar. En cualquier caso, Nambiar será relevado en breve al frente de los cascos azules por el general sueco Lars-Eric Wahlgren.
La Administración norteamericana considera que su posición está acorde con una resolución aprobada el pasado mes de agosto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que permite el uso de "todos los medios necesarios" para garantizar la distribución de la ayuda humanitaria a la población de Bosnia.
Funcionarios norteamericanos han informado a sus aliados de la OTAN que el plan de ayuda a los musulmanes de Bosnia está ya listo y podría ser ejecutado a finales de esta semana. La Casa Blanca no quiso hacer precisiones sobre este aspecto.
Gali informó ayer, además, que espera tener listo un proyecto sobre un tribunal de crímenes de guerra para el conflicto de los Balcanes en los próximos veinte días. El Consejo de Seguridad de la ONU decidió el lunes la creación de ese tribunal y le dio a Gali un plazo de 60 días para presentar informe con todos los detalles al respecto.
Apoyo de la OTAN
Fuentes de la OTAN afirmaron ayer que la organización había estudiado la vía de apoyo al plan norteamericano, que es "perfectamente compatible con las resoluciones de la ONU", si bien había manifestado algunas dudas sobre su puesta en práctica y sobre la reacción en caso de ataque a los aviones.
El Gobierno francés y el turco han considerado la operación como "una iniciativa muy positiva", añadiendo su deseo de que se desarrolle en el marco de actuación de la ONU. Londres ha respondido con más cautela. El Gobierno británico ha señalado que estaba estudiando su forma de contribuir al plan, si bien destacó que el abastecimiento aéreo debe ser una operación limitada y no debe sustituir a las operaciones que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) realiza por tierra. El propio ACNUR ha manifestado que el envío aéreo de ayuda permitiría llevar alimentos a zonas inaccesibles por carretera. Ayer mismo, un convoy de ayuda humanitaria llegó a la ciudad de Tuzla mientras que otro con destino a Gorazde seguía bloqueado por los serbios.
Rusia, por su parte, aliado tradicional de Serbia, considera que la operación aérea podría endurecer la posición de los serbios y perjudicar las posibilidades de negociación.
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