Pacto por la industria
En Madrid, los huevos no están en el mismo cesto: la diversificación productiva es una ventaja importante. Sin embargo, está dañado uno de los más decisivos, la industria, que ha perdido peso paulatinamente.A fin de corregir esta situación y reactivar el sector, el Gobierno regional, la patronal CEIM y los sindicatos UGT y Comisiones Obreras suscribieron el pasado 5 de febrero el Pacto por la Industria y el Empleo. El acuerdo busca establecer acciones consensuadas en tres frentes: formación, política industrial y suelo e infraestructuras.
Todos los firmantes elogian el acuerdo, pero lamentan la escasez de recursos para mejorar las infraestructuras madrileñas. Miran con ojos implorantes a la Administración central, dueña de los fondos necesarios para evitar el estrangulamiento económico.
En la crisis madrileña se deja sentir el efecto del descenso de la inversión extranjera directa, muy alta desde mediados de la década pasada.
Así, entre enero y noviembre de 1991, 42 de cada 100 pesetas foráneas se invertían en Madrid, según la Dirección General de Transacciones Exteriores. El monto de la inversión extranjera en España -sin contar la realizada en inmuebles y Bolsa- fue de 1,8 billones de pesetas. En el mismo periodo de 1992, se redujo a 1,6 billones y a Madrid le correspondió el 36,8% (596.146 millones). En los dos años citados, la región se mantuvo por encima de Cataluña a la hora de captar estas inversiones extranjeras directas.
Competitividad
A pesar de la inyección de dinero del exterior, la región mantiene un tejido productivo basado en las pequeñas y medianas empresas. En tomo al 80% tienen menos de 15 empleados, según datos de la patronal CEIM. Esta organización realizó un estudio de competitividad del que se deduce que las firmas invierten menos del 2% de sus ventas a investigación y desarrollo.
Como en el resto de España, en Madrid el año 1992 empezó con alegrías y acabó con tristezas. Con todo, el producto interior bruto madrileño fue de 9,9 billones de pesetas (l6,% del nacional).
El empeoramiento de la situación económica se dejó ver a partir del mes de agosto. Cayó, por ejemplo, el número de vehículos matriculados en Madrid. Según recoge el informe de coyuntura de enero de 1993 realizado por el gobiemo regional, la actividad productiva está aquejada de 11 atonía y falta de dinamismo". Esto se refleja "en la difícil situación que atraviesan numerosas empresas".
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