Arquitecto, ingeniero y romántico
Santiago Calatrava se ha definido como "un romántico con una base intelectual científica" y ha manifestado que "la utopía siempre paga, es generosa". La singular mezcla de brillantez técnica y espíritu artístico que reúne este arquitecto e ingeniero valenciano de 42 años es uno de los secretos del fulgurante reconocimiento internacional que ha tenido y tiene su obra'La victoria en el concurso para la reforma del histórico Reichstag (la antigua sede del parlamento alemán) en Berlín es sólo el último espaldarazo internacional a una ejecutoria que Calatrava comenzó en 1981 con la apertura de un despacho profesional en Zúrich, ciudad en cuya Escuela Politécnica Federal había estudiado ingeniería y arquitectura. Para entonces, Calatrava ya tenía tras de sí una atípica formación artística iniciada en Valencia y continuada en París. Su actividad actual se reparte entre Zúrich y París, donde tiene un estudio con treinta colaboradores. En ninguna de estas dos ciudades pudo ser localizado ayer.
Calatrava se dio a conocer con obras como la estación de ferrocarril de Zúrich / Stadelhofen, aclamada internacionalmente por la sencillez y originalidad con que consigue integrar un complejo nudo de comunicaciones viarias en un terreno muy densamente construido. Otro de sus primeros trabajos fue la fábrica Ernsting en Westfalia (198385), de la que se dijo que "posee la rara intensidad de las obras maestras".
Puentes
Los puentes son piezas emblemáticas en la trayectoria de Calatrava, aunque no siempre han gozado de una aceptación unánime. Tal fue el caso del puente 9 de octubre, de Valencia, cuya estructura inferior fue concebida para reflejarse en un lago artificial que debía estar debajo, pero que no se construyó. Otros puentes, como el Kronprinzbrücke en Berlín, sobre el río Spree, iniciado tras la reunificación de la ciudad, o el puente de Bach de Roda, en Barcelona, han gozado de gran aceptación. Calatrava ha construido también puentes en Sevilla (Alamillo en la Expo 92), Ripoll (Gerona), Ondárroa (Guipúzcoa) y aún está por decidir la construcción de un puente en Londres.
La torre de comunicaciones barcelonesa del Anillo Olímpico de Montjuïc es otro hito en la carrera de Calatrava. Tras una polémica por la competencia con la torre de Collserola de Norman Foster y por su supuesto desajuste con las demás edificaciones olímpicas, la torre se ha convertido en uno de los emblemas de la nueva Barcelona.
Su obra tiene una dimensión escultórica que él cultiva con la realización de piezas articuladas de pequeño tamaño, que le sirven para concebir sus proyectos.
