Clinton cree inviable el plan de paz para Bosnia
La Administración norteamericana considera prácticamente inviable el plan de paz para Bosnia en la forma en que está planteado actualmente, y ha decidido estudiar sus propias iniciativas para acabar con la guerra en la antigua Yugoslavia. El presidente Bill Clinton, que el miércoles se reunió con sus consejeros nacionales de seguridad para estudiar el caso de Bosnia, ha preferido por ahora mantenerse neutral frente al plan de paz elaborado por Cyrus Vance y David Owen, y, por tanto, no parece dispuesto a presionar a los musulmanes bosnios para que lo acepten, según fuentes oficiales norteamericanas.
El presidente Bill Clinton comentó ayer en relación con el plan de paz que "cualquier esfuerzo que se haga hacia una solución pacífica es importante, pero Estados Unidos está ahora en un proceso de revisión de todas las opciones en el área". Por su parte el secretario de Estado, Warren Christopher, que se mantiene en frecuente contacto telefónico con Vance y Owen, insistió en que su Gobierno necesitaba más tiempo para estudiar las posibilidades del plan de paz. La portavoz de la Casa Blanca, Dee Dee Myers, aseguró que el presidente norteamericano no está tratando de bloquear el plan de los copresidentes de la conferencia de paz, pero advirtió que tampoco hará nada en favor de ese proyecto a menos que todas las partes involucradas en el conflicto expresen explícitamente su apoyo al plan. "El presidente Clinton apoyará el plan una vez que todas las partes lo hagan. Mientras, el presidente seguirá considerando distintas opciones con la mayor urgencia", declaró Myers.En esa reunión, en la que España se pronunció sin reservas a favor del plan de paz, únicamente se escucharon ciertas dudas por parte de Hungría, otro de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad. Owen se opuso al levantamiento del embargo de armas a Bosnia porque cree que ello podría incrementar el conflicto militar y rechazó también el uso de la fuerza para que sea respetada la prohibición de vuelos sobre el territorio bosnio.El levantamiento del embargo de armas, con el propósito de incrementar el potencial del Ejército musulmán, y el uso de la fuerza en el aire son dos de las medidas que prevé la Administración norteamericana como opción al plan de Owen y Vance.
Mientras tanto, ya se encuentran en Nueva York todos los participantes en las anteriores conversaciones de Ginebra, aunque hasta el momento no se sabe si las partes se reunirán formalmente en conferencia o se limitarán a contactos bilaterales y con los países del Consejo de Seguridad. Al líder de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, considerado como un criminal de guerra por los norteamericanos, se le han limitado los movimientos en Nueva York a un perímetro de diez manzanas en torno al edificio de las Naciones Unidas.Reparto territorial
El propósito de los mediadores era convocar hoy mismo una reunión formal de la conferencia de paz para Bosnia, pero distintas fuentes diplomáticas coinciden en que no existen posibilidades de avance mientras no se aclare la posición de Estados Unidos.
El escepticismo norteamericano sobre el plan de Vance y Owen está basado tanto en razones políticas como militares. Por un lado, la Administración de Clinton considera que el reparto del territorio bosnio en la manera en que está previsto supone el reconocimiento del triunfo de la agresión serbia sobre la minoría musulmana.
Desde un punto de vista militar, los expertos norteamericanos creen que sería necesario el despliegue de una enorme fuerza militar en Bosnia para garantizar un alto el fuego entre diez provincias distintas, dentro de las cuales conviven, además, minorías enfrentadas. Owen ha dado a entender en el pasado que con unos 35.000 hombres sería suficiente para asegurar el cumplimiento del plan de paz, pero estudios militares de la OTAN hablan de hasta 200.000 soldados y fuentes del Pentágono estiman que podrían llegar a necesitarse hasta 400.000, la mayoría desplegados en tierra, repartidos a partes casi iguales entre europeos y norteamericanos.
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