La sequía y la contaminación

Las emisiones de SO2, principal gas causante de las lluvias ácidas, y de CO2, máximo culpable del efecto invernadero y del calentamiento de la Tierra, se dispararon el año pasado en España a consecuencia de la sequía que ya asoló el país y que hizo caer en picado la producción hidroeléctrica y elevar el consumo de carbones y fuel. La electricidad que generaron las centrales hidráulicas en 1992 descendió un 31% respecto a 1991, según el Fórum Atómico Español.Esta importante reducción tuvo que ser compensada con el aumento en la producción térmica -carbón, fuel y gas-, que creció un 13,5%. Entre los carbones empleados, la hulla experimentó una subida de un 22,5% respecto a 1991.

Entre los combustibles, son los fósiles -carbón y derivados del petróleo- los más contaminantes por sus emisiones de dióxido de carbono y óxidos de azufre y nitrógeno. La Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza ha calculado que, dentro del sector de producción eléctrica, el parón de las hidráulicas y el auge del carbón han supuesto un aumento del 18% en las emisiones de CO2 y del 7% en dióxido de azufre (SO2), con la repercusión que esta última sustancia implica para los bosques, ya que la producción de electricidad significa en España un 80% del total de emisiones de SO2. De CO2 supone una tercera parte.