El 7% de los árboles españoles está dañado por la lluvia ácida
El 7% de los árboles españoles está afectado por la lluvia ácida, según los datos obtenidos para España por el proyecto Conair, de la CE. Este porcentaje, correspondiente a 1991, es superior en un 3% al de 1990, pero menor que el máximo detectado, que fue de un 14% en el año 1987. Los árboles más afectados son las coníferas. La proporción sigue estando muy por debajo de lo que pasa en Europa, sobre todo en la zona central, con medias de un 21% de árboles afectados.
Las oscilaciones en el grado de afectación se deben, según el coordinador de la red de seguimiento en España, Ramón Montoya, del Icona, a las condiciones meteorológicas.En un artículo publicado en la revista Ecosistemas, Montoya señala que el peor estado de los bosques en otros países europeos, especialmente en Centroeuropa, es un aviso de lo que puede suceder a los sistemas forestales españoles si no se toman las medidas oportunas. Los países más afectados son Suiza, Austria, Checoslovaquia, Hungría y Polonia, con un 21% de árboles dañados. Portugal presenta una de las peores situaciones de Europa.
El seguimiento del estado de los bosques europeos se realiza desde 1987 y cada año se han incorporado nuevos países del este de Europa. El método se basa en establecer una malla de 16 por 16 kilómetros en todo el territorio. Los nudos de la malla que coinciden con terreno forestal se consideran parcelas de seguimiento y en ellas se eligen 24 árboles que son observados anualmente. Se consideran árboles dañados los que están defoliados en más del 25% de su copa. España, con 440 puntos de la malla en su territorio, aporta el 24% de las parcelas de la red comunitaria.
Encinas y alcornoques
En 1991 se registraron, por otra parte, más de 1.000 focos de da ños en zonas de encinas y alcornoques, según la misma revista, editada por la Asociación Española (le Ecología Terrestre. La causa, según el investigador británico C. M. Brasier, es un hongo patógeno exótico, Phytophtora cinnamomi, cuya propagación se ve favorecida por las sequías y los cambios de uso del suelo.Este hongo, procedente de Nueva Guinea, se encuentra muy extendido y se considera responsable de la mortalidad de masas enteras de eucaliptos en Australia y de castaños nativos en Estados Unidos al comienzo del siglo. En los años cuarenta causó una epidemia del castaño. Brasier alerta sobre la amenaza que representa para los ecosistemas forestales la introducción de patógenos o plagas exóticas, enmascarada por la importancia de otros agentes nocivos, como la contaminación atmosférica.
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