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Electrones de "diversa consideración"

El acelerador, el arma homicida de este caso judicial, resulta tan complicado técnicamente para los abogados que no han dudado en recurrir a símbolos como la televisión o el coche para explicar qué pasa cuando se engatilla. "Vamos, que es como si la tele, programes lo que programes, siempre sale la uno cuando aprietas el botón". Así intentaban aclarar que la maldita aguja marcaba siempre el mismo valor de energía aunque se programara otra. "Dada la ignorancia de este letrado en materia de...", fue una frase recurrente en la vista de ayer.El, sin duda, asesoramiento que previamente todos los letrados han pedido, no impidió ayer que muchos olvidaran la lección en el fragor de la batalla. Un defensor olvidó el concepto de energía, refiriéndose a "electrones de diversa consideración".

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El fiscal, defensores y acusadores tuvieron que echar mano de la metáfora para enfrentarse a un lenguaje técnico que les desbordaba. El potenciómetro del acelerador se convirtió en un velocímetro que marca 70 kilómetros por hora aunque el coche esté parado, y la máquina en un aparato traidor que les estuvo "engañando" 20 días sobre la dosis real de energía. Entre bobinas, campos magnéticos, galvanómetros y megaelectrovoltios, una abogada de la acusación se movía con soltura. "Una de las funciones del acelerador es la sincronía entre la energía de haz de electrones e intensidad del campo magnético, ¿es así?", preguntó a la acusada. El patio de butacas frunció el ceño porque el terna se iba complicando.

Si las preguntas técnicas resultaban complicadas, las respuestas en ocasiones ya eran para nota. Pese a todo el público no se desanimó. La fila sexta no perdió ripio. "Pues yo no me he enterado de nada", comentaba una familiar de afectado. "Pues yo, sí", le respondió su acompañante. "El aparato ha estado roto desde el día 5 hasta el día 21 y nadie se dio cuenta". Así de sencilla es la conclusión que machaca la cabeza de todas y cada una de las personas que han perdido familiares a su paso por esta desgraciada ignorancia.

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