Madrid tiene 200 médicos no convencionales
El plano de Madrid se ha ido llenando de puntitos verdes. Los herbolarios, los supermercados biológicos, los restaurantes vegetarianos, las consultas de acupuntores, homeópatas, especialistas en el shiatsu japonés, los médicos naturistas ... La conciencia ecologista que se extiende por la sociedad empieza para muchos con uno mismo: una alimentación sana, un cuerpo exento de tratamientos químicos. Muchos desengañados de la medicina occidental invaden las salas de espera para probar alguna nueva técnica con miles de años de antigüedad. Pero estas actividades no están reguladas, y por eso el peligro es que los buenos profesionales se confundan con los aprovechados.
El señor de acento argentino que sale de la farmacia con unas gotas homeopáticas en el bolsillo llevaba siete años maldiciendo su nervio trigémino por ese dolor tremendo que le atravesaba la mejilla izquierda. Tomaba pastillas de todos los colores, dejó de trabajar y ni siquiera podía conducir. "Si cree en ello, inténtelo, mal no le va a hacer", dijo el neurólogo. Primero fue a un acupuntor chino, "los diplomas que tenía en la pared no se podían entender", y al trigémino le dio igual. Pero luego, hace dos meses, fue a un doctor que, para su tranquilidad, también es cirujano en un hospital y es acupuntor y homeópata. Le había ido muy bien con él a un conocido que padecía del pulmón. Ahora el hombre se come 45 pastillas menos al mes, lleva un parche en una oreja y dice que no hay comparación.Hace dos años, Maite, fotógrafa profesional, se despertó con un molesto dolor en el codo derecho que se fue adueñando de sus hombros y su espalda. No pudieron evitarlo los tres médicos de una mutua privada, ni una traumatóloga de la Seguridad Social, ni un masajista de Carabanchel que incluso intentó abusos deshonestos. Hasta que, el año pasado, un actor, durante una sesión fotográfica, le dijo que probase el shiatsu, una técnica japonesa que estimula con el pulgar una serie de áreas del cuerpo y puntos que reflejan los órganos. El actor le dio una dirección de Chamberí: "Son honestos", le dijo. ahora, por pesetas a la semana que le cuesta la sesión, Maite ha recuperado la fuerza en los brazos.
El emperador del Japón
La fotógrafa se ha enterado e que por el consultorio de Ángel Garrido y Manuel Garabal han pasado unos cuantos actores y deportistas de élite, y de que el ahora emperador de Japón, Aki Hito, les llamó para que le trataran en 1985, cuando visitó España. "En Japón es una costumbre", dice Garabal. Aunque tuvieron que lavarse las manos cinco veces por lo menos antes de tocar al heredero. Garrido, que tiene 35 años, es médico. Garabal, que ahora le manosea a Malte la bóveda del pie, en la que se refleja la columna -"así actúo sobre la parte baja de la espalda", dice-, no es doctor. Tiene 28 años y 10 de experiencia.
Quienes ejercen las medicinas alternativas dicen que sus consultas se llenan con los rebotados, los que sienten que los médicos del ambulatorio no les curan y los que padecen problemas crónicos y les ocurre igual. Les buscan por el boca a boca, y van al que curó a su hermano o al vecino. Pero si la medicina al uso -1 a alopática, como la llaman quienes se quieren distanciar de ella- tiene sus luchas, la otra medicina es un pantano sin límites en el que todos quieren estar, tengan la formación que tengan. "Hasta un portero puede abrir un chiringuito y empezar a poner agujas", dice Ignacio García Sáenz de Samaniego, que está organizando una sección de médicos acupuntores en el colegio de Madrid, en la que se encuadran 65 doctores. "Y no podemos rechazar a nadie porque no hay nada reglado en cuanto a formación", dice. Ignacio pasó tres años en China, dos en la universidad y uno más de prácticas. Quejas similares expresa Silverio Palafox, de 70 años, presidente de la Asociación Española de Médicos Naturistas (entre ellos Garrido, el médico de shiatsu), que tiene 100 asociados en Madrid: "Por ejemplo, la palabra naturópata no es nada, es una traducción aberrante", dice.
En Madrid hay unos 200 médicos pasados por la facultad y agrupados en asociaciones de medicina alternativa: 30 que se dedican exclusivamente a la homeopatía, 65 a la acupuntura y 100 a la medicina naturista. "Los que son sólo homeópatas no habrá más de 30, aunque hay otros que también ejercen otras cosas", asegura Arturo Jiménez, presidente de la Sociedad Hannemanniana [por Hannemann, el pionero de la homeopatía] Matritense, la más antigua y a la que pertenecen 15 médicos en Madrid. En la guerra de cifras, asociaciones y títulos, un ejemplo: la industria farmacéutica asegura que existen 310 homeópatas en la comunidad. Y el año pasado hubo 310.000 consultas de homeopatía, que generaron 275 millones de pesetas en ventas de productos homeopáticos.
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