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Clinton anulará en una semana la discriminación de los homosexuales en las Fuerzas Armadas

Antonio Caño

En su primer gran pulso contra uno de los mayores poderes de Washington, el presidente norteamericano, Bill Clinton, desoyó las presiones del Pentágono y decidió levantar la prohibición a los homosexuales en las Fuerzas Armadas, pese a la oposición de los jefes militares y de los principales líderes del Congreso. Después de dos horas de reuniones, ayer, con los miembros del Estado Mayor del Ejército, presidido por el general Colin Powell, el portavoz de la Casa Blanca, George Stephanopoulos, informó que, en el plazo de una semana Clinton anunciará el fin de la discriminación sexual dentro del Ejército. Ello supone la mayor revolución en el Ejército desde que en la guerra de Corea se permitió acceder a los negros.

"El presidente ha reiterado su compromiso para terminar la discriminación contra los homosexuales en el Ejército con el fin de mantener la moral y la cohesión en las Fuerzas Armadas. El Estado Mayor expresó sus preocupaciones y dificultades en relación con el compromiso del presidente, pero manifestó su respeto a la decisión tomada por el comandante en jefe", afirmó Stephanopoulos.Ahora, Bill Clinton tendrá que enfrentarse también a la posición del Congreso que, en su mayoría, respaldaba la postura de los jefes militares.

Mientras intenta todavía cerrar el escándalo de Zoe Baird, la candidata a fiscal general que tuvo que dimitir la pasada semana, el presidente Bill Clinton se reunió ayer con el Estado de Mayor de las Fuerzas Armadas para abordar el delicado tema de la participación de los homosexuales en el Ejército, ante el que el Pentágono ha reaccionado con una actitud que ha sido calificada de franca rebeldía.

Pese a la posición contraria de los mandos militares, el presidente manifestó ayer que está decidido a mantener su compromiso con el electorado sobre los homosexuales, aunque parecía dispuesto a negociar la forma de ejecutar ese compromiso. "Creo que todo el mundo quiere hacer una contribución en este asunto y vamos a darle a todo el mundo la oportunidad de hacerlo", comentó Clinton.

Después de haber levantado el viernes todas las restricciones sobre el aborto, Bill Clinton ha querido acometer pronto este asunto como parte de la revolución moral y social que anunció durante su campaña electoral.

Al trepidante comienzo de la Administración demócrata se suma también un conflicto con otro de los llamados poderes fácticos de este país, el FBI, donde su director, Williams Sessions, un republicano nombrado por George Bush, se niega a abandonar su cargo pese a las acusaciones de conducta impropia que existen en su contra.

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El jefe del Estado Mayor, Colin Powell, que se ha manifestado abiertamente en contra de la participación de los homosexuales en las Fuerzas Armadas, ha amenazado con abandonar su puesto si Clinton mantiene la promesa que hizo durante la campaña electoral.

El general Powell, cuyo nombre se barajó en algún momento para el cargo de secretario de Estado, ha advertido que, si se confirma una disparidad de criterios con el presidente, no tendría más remedio que renunciar a su cargo. El Gobierno asegura que no tiene interés en forzar la dimisión del que fue el principal estratega de la operación Tormenta del Desierto. El secretario de Defensa, Les Aspin, ha advertido que existe dentro de las Fuerzas Armadas un ambiente de verdadera "revuelta" en relación con la integración de los homosexuales. El presidente del comité de Fuerzas Armadas del Senado, el demócrata Sam Nunn, declaró ayer que se opone a la propuesta de la Casa Blanca y advirtió que "la Constitución de Estados Unidos da tanta responsabilidad al Congreso como al presidente".Alto cargo para Hillary

Por otra parte, Clinton nombró ayer a su mujer presidenta, sin sueldo, de una comisión que preparará la ley de reforma sanitaria que será presentada al Congreso dentro de tres meses."De todas las personas con las que he trabajado en mi vida, nadie mejor que ella para organizar y dirigir" a un grupo de personas, indicó.

El nuevo presidente manifestó ayer que pronto los estadounidenses se darán cuenta de que tienen "una primera dama con mucho talento". Clinton añadió que la comisión va a trabajar día y noche para preparar una ley que espera sea aprobada por el Congreso.

El nombramiento de Hillary Clinton como alto cargo al frente de esta comisión sanitaria hace realidad una de las promesas del actual presidente, que aseguró a los norteamericanos que, por un solo voto, tendrían a dos personas en la Casa Blanca. El nuevo presidente remarcó que Hillary no cobrará.

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