Eficaz espionaje informático

Bajo el nombre Los fisgones se esconde un grupo de cinco expertos en informática, sonido y seguridad, con un turbio pasado, que se dedica a comprobar la eficacia de los servicios de seguridad de las grandes empresas. Un buen día reciben el encargo de apoderarse de un complejo aparato decodificador, que permite el acceso a cualquier sistema de ordenadores por complejo que sea.Con este punto de partida y mezclando con habilidad los habituales esquemas de los dos amigos que con el tiempo se encuentran luchando en bandos opuestos, del hombre ambicioso y enloquecido que quiere dominar el mundo a cualquier precio, y, por supuesto, el del grupo de expertos al que le encargan la realización de una difícil misión, se llega a una atractiva producción que es algo así como el equivalente actual de las tradicionales películas de espionaje.

El filme tiene varios aciertos. Por un lado, haber conseguido que estos elementos más o menos afines, pero en el fondo diferentes, estén bien mezclados. Por otro, que los protagonistas sean este grupo de cinco fisgones más una mujer que no tardan en reclutar para hacer un trabajo de seducción, y, sobre todo, que el humor esté muy presente en toda la narración.

En Los fisgones, Phil Alden Robinson ha conseguido lo que pretendía y funciona bien. Logra una gran sencillez y eficacia narrativas que hace que la un tanto compleja trama resulte de una claridad cristalina. Sin olvidar que, dado que los protagonistas son seis, la práctica totalidad de las escenas tiene una gran dificultad adicional. Y, sobre todo, que sabe intercalar con acierto constantes pinceladas de humor y que la película encierre algunas escenas de buena comedia. Como aquella en la que Robert Redford es sorprendido robando por la amante del robado y consigue salir airoso de la situación con la ayuda a distancia de su inseparable equipo.

Entre la acción y la comedia

El grupo, de actores que protagoniza Los fisgones aparece encabezado por un Robert Redford que se mueve con una gran soltura entre la acción y la comedia, dejando a un lado su otra faceta de galán. Y a su misma altura, en heterogénea mezcla, aparecen el cómico Dan Aykroyd, que cuanto más alejado de la pura comedia resulta mejor; el negro Sidney Poitier, siempre mucho mejor actor que director; el cada vez menos jovencito River Phoenix, y David Strathairn, todo un hallazgo en su papel de técnico ciego. Además de la cada vez más normal Mapy McDonnell, en su papel de compañera y hermana de todos.