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No es hora de aplausos

El nuevo presidente de EE UU deberá caminar con pasos cautelosos y agarrar bien el bastón de América. El desvanecimiento de las esperanzas sobre la unidad europea hace que Europa oriental sea más dependiente que nunca del liderazgo estadounidense. Los europeos esperan que Clinton pueda resolver problemas del calibre de la guerra en los Balcanes, la terquedad del Bundesbank alemán y el callejón sin salida de las conversaciones de la Ronda Uruguay del GATT. (...) Una causa de especial vergüenza y desilusión para los líderes de la CE ha sido la matanza en la antigua Yugoslavia. (...) Clinton deberá hacer grandes esfuerzos para implicar a los aliados europeos en futuras operaciones de paz, tanto en Bosnia como en cualquier otro sitio. Y al mismo tiempo deberá conservar el liderazgo. Estados Unidos sigue siendo el único país capaz de proyectar la potencia occidental en todo el mundo. (...)Pero el factor principal en la reconstrucción de la confianza en la CE es la economía. (...) Este resurgimiento depende en gran medida de la buena voluntad del Bundesbank respecto a la reducción de los tipos de interés. La política alemana de una moneda fuerte ha estancado el crecimiento económico en los demás países de la CE al forzarlos a seguir el paso o, mejor dicho, a padecer una devaluación monetaria. Los aliados europeos de Alemania esperan que Clinton haga razonar al Bundesbank. Si lo consigue, será un héroe.

24 de enero

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