El paisaje del signo
Jasper Johns pintó banderas fascinado por la propia neutralidad del signo, eficaz a la vez que inerte. Tanto por su origen estrictamente convencional, sin entrañas simbólicas que tentaran la interpretación, como por su inmediato reconocimiento, le permitían eludir el problema de la representación, asimilando el cuadro a su condición de objeto.Justo lo contrario de lo que, en esta sala de banderas, ha emprendido José Luis Verdes al elaborar esté itinerario sentimental sobre el continente europeo. Verdes prescinde de la naturaleza puramente convencional del vínculo que une a un Estado y su bandera, y convierte cada insignia nacional en un paisaje alegórico en el que reflejar virtudes y vicios del territorio al que identifica. Estructuras, por lo general, estrictamente abstractas, composiciones elementales de campos de color, las banderas rozan incluso así, en ocasiones, de un modo singular, las fronteras de la evocación figurativa.
José Luis Verdes
Casa de Vacas. Parque del Retiro. Madrid. Hasta el 21 de febrero.
Metáforas
Se generan entonces metáforas elementales que tanto pueden enfrentar el eco de materias que encarnan, desde analogías casi naturalistas, fuerzas antagónicas, como pueden hacer aflorar, desde las grietas de una textura que asociamos a la tierra, los colores que la identifican como entidad nacional.Y forzando así, hacia la elocuencia poética, la muda geometría de las banderas, José Luis Verdes nos ofrece su particular lectura de ese mosaico llamado Europa, encarnada por un ciclo de 33 telas que el artista ha realizado en los tres últimos años.
Babelia
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