_
_
_
_

Los exiliados vuelven a Guatemala

El primer contingente de 2.480 refugiados, en su mayoría indígenas, se. instala en El Quiché y en Huehuetenango

Andrea Alvarado tenía ocho años cuando vio cómo su padre y una hermana menor eran brutalmente asesinados, y sus cuerpos, quemados con gasolina. Aquel horror, vivido hace ahora 11 años, permanece aún en su retina. Sin embargo, Andrea, al igual que otros compatriotas que sobrevivieron a las matanzas del Ejército en El Quiché guatemalteco, regresa ahora a casa de forma digna, después de haber vivido su adolescencia como refugiada en un campamento mexicano. Andrea, desde hace tiempo, ha dejado de tener miedo.

ENVIADO ESPECIAL

Al igual que Andrea, cada refugiado guatemalteco guarda para sí una historia personal, tan cruel o peor que aquélla, sobre las matanzas que el Ejército protagonizó en su país a principios de la década de los ochenta bajo pretexto de acabar con la base social de -la guerrilla. Hay quienes, como Andrea, perdieron a sus seres queridos, pero también quienes presenciaron cómo su madre o una hermana eran salvajemente violadas y asesinadas.El odio ha desaparecido entre este primer contingente de 785 familias que ayer dijo adiós a México para regresar a Guatemala. Los 45.000 refugiados guatemaltecos bajo protección mexicana, de los cuales 2.480 protagonizan este primer retorno, son en su mayoría indígenas campesinos.

Muchos caminan descalzos porque se trata de gente que vive profundamente apegada a sus primitivas costumbres, con atuendos tradicionales como vestimenta habitual y sin otra forma de, comunicarse más que en su propio dialecto. El español, que a duras penas han aprendido en los últimos años en. los campamentos, lo, emplean solamente cuando hablan con gente ajena. También lo utilizan para rezar.

La vida en los campamentos, pese a estar repartidos por tres Estados mexicanos, les ha servido para organizarse mejor, sin perder sus costumbre! comunales. Han fracasado los proyectos encaminados a una mejor planificación familiar *y también otros tendentes a evitar el embarazo precoz.

Conciencia política

Sin embargo, estos refugiados indígenas han adquirido una gran conciencia política, un conocimiento profundo de sus derechos como pueblo e incluso un sorprendente respeto por la naturaleza. Su primera victoria ha sido entrar en Guatemala de una forma digna y no de tapadillo como en un principio pretendía el Gobierno de Jorge Serrano Elías.En este primer contingente, que se asentará tras viajar a la capital guatemalteca en zonas de El Quiché y Huehuetenango, en la frontera con México, figuran también muchas de aquellas niñas que hace 10 años lograron sobrevivir después de permanecer escondidas durante meses en la selva, adonde llegaron junto a ancianos y viudas, temerosas de ser capturadas por el Ejército. Hoy son ya en su mayoría mujeres casadas, aunque sin hogar, con dos o tres hijos.

Estas madres adolescentes están marcadas por la doble secuela del terror y el hambre, patente en unos rostros prematuramente envejecidos que entrañan persecución y sufrimientos.

Pero al igual que Andrea, estas madres han. dejado enterrados en México lo que sin ninguna duda son unos rencores legítimos contra quienes les hicieron sufrir el dramático calvario por el que han pasado. Ahora, apoyadas en su fe religiosa, sólo creen en la esperanza de que su entrada digna en el país lo sea para siempre.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_