Hoy vuelve a Guatemala el primer grupo de exiliados en México

El primer contingente de los 45.000 refugiados guatemaltecos concentrados en el sur de México, unas 800 familias en su mayoría indígenas, se encontraban preparados para cruzar hoy la frontera y regresar de una forma digna a su país. Había temor y preocupación tras estos 10 años de exilio, pero también ganas de volver a casa. Funcionarios de Naciones Unidas acompañarán a este primer grupo hasta sus definitivos asentamientos, ya en territorio guatemalteco.

Casi 2.500 refugiados, con un gran porcentaje de mujeres, niños y ancianos, recogían ayer sus enseres en un campamento provisional instalado en la localidad mexicana de Comitán, en el Estado de Chiapas. Estaban convencidos de que por fin hoy iba a ser el día definitivo y un centenar de vehículos, entre ellos 70 autobuses, les aguardaban impacientemente para pasar la frontera.Por fin, los refugiados habían conseguido lo que querían: no sólo regresar a su país, del que tuvieron que huir empujados por los horrores de la guerra, sino hacerlo de una forma digna y acorde con el sentido político de su causa. Atrás quedaba más de una década de espera, malviviendo en campamentos y separados de sus tierras. Pero también la huella de la tragedia y el recuerdo atroz de un Ejército que arrasó sus posesiones y mató a familias enteras.

El Gobierno de Guatemala, que colabora en esta repatriación, no pudo imponer su propio plan de regreso, que -pretendía se hiciese por un camino selvático que evitara el gran recibimiento que ahora se prepara al otro lado de la frontera. Esta ha sido la causa de los distintos retrasos de esta primera repatriación.

Los refugiados recorrerán desde hoy 740 kilómetros antes de instalarse en sus definitivos asentamientos rurales de Ixcán y Nentón. Este camino de regreso les supone un importante rodeo, porque los asentamientos se encuentran en el límite fronterizo con México. Pero han preferido este camino porque quieren pasar por la capital de Guatemala, donde pretenden el viernes celebrar solemnemente el reencuentro con su país y sus compatriotas.

La alegría que despertaba, ayer este regreso contrastaba, sin embargo, con la tristeza de no ver entre ellos a Rigoberta Menchú, líder de estos refugiados y Premio Nobel de la Paz. Menchú se encuentra enferma de varicela y los médicos le han aconsejado reposo. No obstante, entre los que retornan existía la esperanza de que la Premio Nobel aparezca en algún momento porque, como aseguraba un viejo campesino, "necesitamos su aliento para volver a Guatemala".

La salida de estos refugiados, que el Ejército ha identificado siempre con la base social de la guerrilla, ha coincidido con una visita a la sede de Naciones Unidas del presidente de Guatemala, Jorge Serrano Elías, para presentar un plan de paz con el que pretenden cerrar en los próximos 90 días la interminable guerra que enfrenta desde hace más de 30 anos al Gobierno con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG).

La importancia de este plan radica en el compromiso del Gobierno guatemalteco de aceptar la verificación interna cional de los derechos huma nos en el país y la supervisión por parte de cascos azules de Naciones Unidas del cese de las hostilidades, posiciones que hasta ahora consideraba innegociables.