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El Icona exageró los daños de la invasión de Doñana, según la Estación Biológica

Un informe realizado por la Estación Biológica de Doñana, que dirige Miguel Delibes de Castro, demuestra que el deterioro ecológico producido en el parque por la irrupción violenta, durante los días 2 y 3 de enero, de ganado, vehículos y personas procedentes de Almonte (Huelva) fue mucho menor al anunciado en su día por el leona a través del director conservador, Jesús Casas. Éste envió al juez un informe en el que aseguraba que la invasión de Doñana afectó a cinco especies de aves en peligro de extinción -entre ellas dos parejas de águila imperial- y a miles de ánsares. La disparidad entre los estudios fue debatida ayer en Sevilla por la comisión permanente del Patronato, que presidió Enrique Barón.

El informe de Jesús Casas, de tres folios, dice: "Se ha producido una alteración directa sobre el hábitat de nidificación de dos parejas de águilas, que se encuentran actualmente en periodo de cortejo o celo". El de Miguel Delibes, que consta de 30 páginas, advierte que estas aves aún no están en celo, y que el daño habría sido mayor de haberse producido la invasión en otras fechas.Jesús Casas habla además de un impacto ecológico directo sobre las rapaces del parque -buitre negro, buitre leonado y alimoche- y un impacto in directo sobre otras aves en peligro de extinción; sobre todo morito y avetoro. El informe de la Estación Biológica discrepa: "Una perturbación corta en el tiempo es poco probable que tenga un efecto significativo sobre la condición física de la aves esteparias, predadoras o carroñeras ( ... ). Los efectos, si existieron, habría que, buscar los en las especies que depen den de la vegetación de la marisma". Y añade: "Mención aparte debemos hacer del morito y el avetoro. Estas especies hace decenios que no se reproducen en las marismas del Guadalquivir. Y este año, con la se guía, su reproducción es altamente improbable".El informe de la Estación Biológica de Doñana, que califica de nimio el posible incremento de la mortandad de aves a resultas de la invasión, sí denuncia con dureza la actitud de los ganaderos de Almonte, y compara los efectos negativos que podían haber causado al de un conductor que conduce en una autopista por el carril de sentido contrario. Fue precisamente éste el único aspecto del informe que mencionó ante los periodistas Enrique Barón.El presidente del Patronato de Doñana leyó un comunicado -aprobado Con la única abstención del representante de las asociaciones ecologistas, Vicente Jurado- que condena la invasión, confía en la resolución que en su día adopte el juez, respalda la actuación de técnicos y dirección del parque y apela a la labor de mediación que realiza ante los ganaderos la gobernadora de Huelva, Violeta Alejandre.

Barón advirtió que no aceptará "ningún tipo de chantaje" de los propietarios de ganado marismeño, y añadió: "La carga ganadera que soporta el interior de la reserva natural es ya importante". El presidente del Patronato rechazó las repercusiones negativas que sobre el hábitat de Doñana puedan tener las continuas visitas de autoridades: "Los ministros no son especialmente dañinos".

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