La socialdemocracia europea propone renovar las ideas de la izquierda moderada

Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea, reunió en París a buena parte de la flor y nata de la socialdemocracia europea en la tarde del pasado viernes y la mañana de ayer. Un tema común de la reunión fue la necesidad de desempolvar el mensaje de la izquierda moderada, de renovarlo a partir de las ideas de Europa, solidaridad, ecología y proximidad a los ciudadanos. En esos aspectos se centraron las intervenciones del presidente del Gobierno español, Felipe González, de la primera ministra noruega, Gro Harlem Brundtland, del británico John Smith y de los franceses Delors y Michel Rocard.

Delors despejó cualquier duda sobre la utilización de esta conferencia como elemento de su posible futura campaña a la jefatura del Estado francés. "El candidato natural de los socialistas franceses, es, por el momento, Michel Rocard", dijo. "Mi única obsesión es el trabajo que tengo que hacer en Bruselas".

La presencia en el cónclave de los socialdemócratas europeos de Rocard, el rival de Delors en la carrera por la condición de "presidenciable" de los socialistas franceses, confirmó que, aunque organizada por el delorsista Club Temoin, el acto no tenía como objetivo exaltar al presidente de la Comisión Europea.

Rocard y Delors predican desde hace meses lo mismo: el crepúsculo en Francia del mitterrandismo debe dar paso a un renacimiento socialdemócrata basado en una mayor preocupación por la justicia social, una crítica de los excesos del liberalismo y una incorporación del discurso ecologista.

Críticas al economicismo

Los invitados extranjeros estuvieron en sintonía con ese mensaje. "Europa", "solidaridad" y "medio ambiente" fueron las tres palabras más citadas por los líderes socialistas llegados a París desde el Norte o el Sur. Todos lamentaron los excesos del economicismo practicado en los últimos años incluso por los Gobiernos socialistas de París y Madrid, y pusieron el acento en la necesidad de combatir el paro, mejorar la protección social y cuidar el medio ambiente.Aceptó González que los líderes europeos, incluido él, están "alejados de los ciudadanos ordinarios". Y atribuyó a este hecho las reticencias populares encontradas por el tratado de Maastricht.

A González le tocó hablar de algo que", según dijo, "no existe: el nuevo orden mundial". Dijo que la situación actual es de "transición" entre el "orden bipolar de la guerra fría" y el deseado "nuevo orden". Una transición preñada de "riesgos y angustias", caracterizada por una "multipolaridad desorganizada" y frente a la cual ni la ONU ni la CE disponen de los "instrumentos adecuados".

Propuso González enarbolar con vigor los "valores de la Ilustración" frente a las amenazas del "integrismo religioso, el racismo y el hipernacionalismo".

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