Final violento
En sus excavaciones en la ciudad maya de Caracol (Belice), el equipo de Arlen y Diane Chase identificó los talleres en los que los artesanos hicieron, ornamentos de jade, aparentemente para la creciente clase media. "Si hubieran trabajado para la élite, los talleres habrían estado cerca de sus casas", señala Diane Chase. "Cuando encontramos zonas donde suponemos que hay talleres no están situados allí, sino en las carreteras que salen del centro. Los artesanos estaban haciendo cosas para ser usadas por gente normal".Arqueólogos que trabajan con el doctor Arthur Demarest, de la Universidad Vanderbilt de Nastiville, han buscado la estratificación social de Dos Pilas, otra gran ciudad-Estado maya en Guatemala. Examinaron modelos de variaciones en la arquitectura, mampostería, cerámica, enterramientos y objetos de los sepulcros en más de 400 casas. Demarest dijo que sus descubrimientos sustentaban la hipótesis de la clase media maya mostrando "una especie de continuum entre los ricos y los pobres, sin bruscos saltos en los niveles de bienestar".
La historia maya se extiende desde el 1200 antes de Cristo, pero fue el periodo clásico desde el 250 al 900 el que vio la culminación de la civilización maya, simbolizada en los magníficos templos, tumbas y pirámides. Desde el final del periodo clásico hasta la llegada de los europeos, las ciudades mayas sufrieron un declive continuo. La última fecha señalada en un monumento de Caracol es 859, y la ciudad parece que fue totalmente abandonada hacia el 1050. A la vista de las ruinas, los arqueólogos dicen que, al parecer, el final de Caracol fue violento.
Pero si los Chase tienen razón, Caracol y otras ciudades mayas no fueron destruidas por una revuelta campesina contra la élite. Tanto los campesinos como los nobles -asi como una clase media que había conocido periodos de prosperidad- probablemente fueron víctimas de guerras cada vez más frecuentes y extendidas que, de acuerdo con la nueva forma de ver las cosas, contribuyeron al colapso de las grandes civilizaciones precolombinas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.