Los bebedores abren el mercado único

Miles de ciudadanos británicos realizaron una compra de fin de semana muy especial el pasado sábado 2 de enero. Cruzaron el canal de la Mancha, arrasaron los hipermercados de la costa francesa y volvieron a casa lastrados por toneladas de cerveza, licores y cigarrillos.Para todos ellos, la apertura del mercado único europeo suponía la oportunidad de llenar varios carritos de la compra con cerveza pagando sólo un tercio de lo que les costaría en las islas, comprar vino a menos de una libra por litro (unas 170 pesetas) y ahorrar entre 80 y 90 peniques por cada cajetilla de cigarrillos adquirida en Francia.

La mayoría de estos compradores estaban sobrepasando escandalosamente las directrices que regulan las cantidades de alcohol y tabaco que pueden introducirse en el Reino Unido tras la apertura del mercado único europeo. Los hipermercados franceses tuvieron que contratar más personal para atender la invasión de clientes británicos.

A las 9.30 del sábado, frente al hipermercado Mammouth, el más grande de Calais, en la costa francesa, cinco hombres residentes en la localidad británica de Humberside ya estaban cargando en una furgoneta de dos toneladas la primera parte de su compra: cerveza por valor de 2.000 libras (unas 350.000 pesetas). En el vehículo se amontonaban litros y litros de cerveza Fürstenbräu, pagada a unas 525 pesetas cada paquete de seis botellines. Un paquete Similar cuesta en el Reino Unido unas 1.750 pesetas.Buen negocioLos propietarios de la furgoneta no ocultaban su intención de revender cada paquete por poco más de 1.000 pesetas. "Lleva mos tiempo preparando esto" explicaba Stewart Stephenson sonriendo. "Si todo sale bien, volveremos dentro de un par de días con una camioneta de tres toneladas para otra remesa". Estas peculiares compras de fin de semana infringen la ley que establece. que cualquier cosa comprada por un particular que se introduzca en el Reino Unido ha de ser para consumo personal. Además, la, Oficina de Aduanas e Impuestos británica ha elaborado una serie de directrices, que carecen de fuerza de ley, estipulando las cantidades que pueden introducirse en el Reino Unido para uso personal sin que a los compradores se les pregunte nada al cruzar el canal. Estas directrices permiten la entrada de 1,10 litros de cerveza, 90 litros de vino, 20 litros de oporto y jerez, 10 litros de licores, 800 cigarrillos, 200 cigarros puros y un kilo de tabaco. Muchos de los británicos que salieron de compras el 2 de enero estaban sobrepasando alegremente lo establecido en estas directrices.

Los nueve miembros de la familia Martin habían llegado a Calais en el primer transborda dor desde Dover. Todos arrimaban el hombro para cargar en el minibús familiar vino, cerveza y tabaco por valor de 200 libras (unas 44.000 pesetas), destinados a dos fiestas de cumpleaños que piensan celebrar próximamente.

A David Martin, traerse a Calais a su mujer, sus hijos, su cuñado y sus nietos le ha costado unas 12.000 pesetas, pero, aun así, ha ahorrado tanto en sus compras que considera la visita a Francia "un buen negocio".

El londinense John Adam son explica: "Vine a pasar el fin de año con unos amigos franceses, y normalmente hubiera regresado ayer. Me he gastado unas 200 libras (3.5.000 pesetas) en vino, pero espero que me dure mucho tiempo"Viajes organizados"Tenemos unas 150 o 160 personas trabajando, lo que supone unas 25 personas más que cualquier otro sábado", explicaba Serge Locheux, director del hipermercado Marnmouth. "Tenemos 20 camiones extra cargado s de cerveza, y esperamos la visita de unos 15 autobuses de personas que han cruzado el canal con viajes organizados". Según Locheux, hasta. el momento, el 10% de las ventas del hipermercado eran a clientes británicos, pero se espera que el porcentaje suba hasta el 30% a partir de ahora.

El sábado, las tiendas libres de impuestos seguían haciendo 'buenas ventas de perfume y licores en los transbordadores que unen Francia con Gran Bretaña. Sin embargo, la cadena P&O ya se prepara para competir con los hipermercados franceses: la misma botella de whisky puede comprarse una libra más barata en el barco que en el popularísimo Mammouth.