Los presos de Manjaca ya están en libertad
Uno de los campos serbios de detención más siniestros, el de Manjaca, situado cerca de Banja Luka, entre las montañas del norte de Bosnia-Herzegovina, ha cerrado sus puertas. En una corta ceremonia, bajo el frío y las cámaras de la televisión, y casi coincidiendo con la resolución de la ONU, las milicias serbias han puesto en libertad a los últimos 426 prisioneros, que fueron entregados a la Cruz Roja Internacional.El comandante serbio de Manjaca, Bozidar Popovic, les dijo antes de partir: "Id y contad la verdad de las condiciones de internamiento". Manjaca saltó a las primeras páginas de los periódicos en julio cuando los periodistas extranjeros lograron fotografiar a algunos internos. Los esqueletos humanos avivaron la memoria de los campos de concentración nazis.
Las condiciones actuales no eran mejores. En un campo en el que han llegado a estar detenidas más de 3.000 personas, no había camas, ni habitaciones, ni retretes. A juicio de los testigos, más que un campo era un estercolero.
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