La unión hace la fuerza

Los Surfin Bichos presentaron en Madrid su tercer y último trabajo, Hermanos carnales. Tras una lúgubre introducción entre ruido de campanadas y la inevitable hora de retraso que caracteriza a la Revólver, apareció la banda de Albacete.Comenzaron su actuación con un, sonido bastante precario que no permitió escuchar correctamente los dos primeros temas, pero tras las ajustes necesarios dio comienzo el verdadero concierto, que dejó claro que los Surfin Bichos tienen mucho que ofrecer. Durante el transcurso de la actuación

Los Surfin Bichos demostraron ser una banda que no se limita con su música y, que rebusca y experimenta con los sonidos, porque ante todo son unos magníficos músicos. No se trata de técnica sino de capacidad e imaginación a la hora de componer. Los Surfin Bichos, además de basarse en una melodía, la descomponen para luego reconstruirla y con ella hacer un recorrido lleno de sinuosidades y detalles que difícilmente aburren o saturan. Representan la alternativa entre lo radical, y lo comercial, una simbiosis perfecta de calidad y música. La sorprendente guitarra de Joaquín Pascual, a la que le permite cualquier acorde inesperado, es toda detalles y su unión perfecta con la guitarra de Fernando Alfaro es algo excepcional. Se complementan y subsisten la una por la otra, creando la esencia y la genialidad de la banda albaceteña.

Precisión

El batería, que comenzó poco contundente, consiguió poco a poco una concentración y una precisión que va más allá de los cuatro golpes básicos a los que muchos baterías españoles se aferran. La voz de Fernando Alfaro es el talón de Aquiles de la banda, demasiado blanda y muchas veces impersonal, pero dentro del conjunto de su música consigue adaptarse sin distorsionar pero sin añadir las cualidades que consiguen con el resto de los instrumentos.Los Surfin Bichos beben del pop y seguramente han mamado de los Smiths. Son músicos y están capacitados para ofrecer una alternativa más que interesante a la música española.