_
_
_
_

Carlos Saura afirma que "es mas difícil hacer películas hoy que durante el franquismo"

La Academia del Cine de España concede esta noche al cineasta la medalla de oro

Su nombre figura desde hace muchos años en la historia más brillante del cine español, pero, según él mismo afirma, no ha sido hasta hace dos años, con ¡Ay, Carmela!, cuando ha comenzado a ser premiado por sus propios compañeros. Se trata de Carlos Saura, de 60 años, y esta noche es probable que sufra una sobredosis de halagos, porque la Academia del Cine de España le entregará una medalla de oro como reconocimiento de la "deuda que tiene el cine español con este director". Individualista y cabezota -"¡Qué le voy a hacer si soy aragonés!", dice: "Hoy es más difícil hacer películas que en el franquismo"-.

Más información
"Empezaré un filme realista y actual, como una noticia"

"Debe ser porque yo vengo de esa vieja escuela española de la angustia existencial, de no saber lo que iba a pasar de un día para otro, que siento que cada película española que se hace, o que yo consigo hacer, es como una especie de milagro", explica Carlos Saura, uno de los nombres que han dado mayor proyección internacional a la cinematografía española.Acaba de cumplir nada menos que 35 años como cineasta profesional -"Mi primera película fue Los golfos, en 1959, pero dos años hice el documental Cuenca", señala-, y desde esa perspectiva afirma: "Creo que hacer hoy una película profesional, o sea, con los suficientes medios técnicos y artísticos como las que estamos haciendo, es cada vez más complicado en España. Es mucho más difícil que durante el franquismo. Y no solamente es difícil hacerlas aquí, sino en toda Europa".

"¿Por qué cuesta más hacerlas ahora?", se pregunta. "Porque han pasado muchas cosas: el poder de la televisión y del vídeo han transformado por completo los gustos del público. Y lo que le ocurre al cine español en concreto es que lo que no hay es un encuentro feliz de estos medios (televisión, vídeo) y el cine. Y luego están los errores monstruosos que han cometido los productores del mundo entero vendiendo a saco, y a bajo precio, las películas a las televisiones".

Y luego habla de la política de los Gobiernos para con el cine. "Yo no sé si el Gobierno socialista ha cometido durante los últimos 10 años muchos o pocos errores respecto al cine", manifiesta Saura, "aunque tengo la sensación de que el cine ha ido de más a menos. Quizá el Gobierno ha tenido que resolver otros problemas más urgentes, culturales o no culturales, pero lo que sí siento es que el cine español está un poco desprotegido y un poco abandonado por el Gobierno, y se nota en todos los sentidos".

Pero, dicho esto, el autor de La caza (1965), La prima Angélica (1973), Bodas de sangre (1984) y, entre una veintena de títulos más, El Dorado (1988), globaliza la crisis del cine afirmando: "El gran problema nuestro, y el de Alemania, Francia o Italia, es la colonización cinematográfica por el imperio [se refiere al cine de Estados Unidos], que contraataca continuamente como es su obligación y, obviamente, lo que procede es defendemos y tomar unas medidas para que nosotros también podamos trabajar".

De todas formas, Carlos Saura dice que, más que un francotirador, sigue considerándose un independiente. "Lo que me he sentido siempre es muy independiente del cine español y nunca he estado sujeto a modas, e incluso las cosas que he hecho han sido muchas veces en contra de las opiniones de mis mejores amigos. Por ejemplo, con Bodas de sangre se les levantaron las carnes diciendo que cómo podía hacer esa españolada, y cuando hice Carmen todavía más. Pero, si yo sentía que tenía que hacerlo, lo hacía...".

Aunque no le "interesa nada" autoanalizarse, Carlos Saura tiene clara su condición de experimentador. Así, afirma: "Me gustaría que mi campo se hubiera abierto aún más, porque lo que me interesa mucho es eso que les da tanto terror a los productores: la experimentación".

"La pura verdad", continúa, es que he tratado de hacer siempre lo que me ha gustado; y he luchado siempre mucho por eso, a veces hasta con tesonería aragonesa. Yo siempre tengo una serie de proyectos que quiero hacer, y lucho al máximo para conseguirlo, y es verdad que a partir de un momento, no sé cuándo, me he abierto a otras posibilidades a las que antes también quería abrirme pero no veía la forma. Por eso cuando me reprochan el abanico: que hago un musical (la trilogía de Bodas de sangre, Carmen, El amor brujo), una película de los Juegos Olímpicos (Marathon, todavía sin finalizar), una película histórica (El Dorado) o un ensayo poético sobre san Juan de la Cruz (La noche -oscura), la verdad es que lo hago porque todo me interesa".

Homenaje

En el homenaje que le tributa esta noche la Academia del Cine de España, junto con la entrega de la medalla de oro de 1992, está prevista la participación de representantes de la cinematografía española, entre ellos productores y actores que han trabajado con el cineasta: Elías Querejeta, que fue productor de la primera etapa de Saura; Andrés Vicente Gómez, productor de la última, y Andrés Pajares, el actor que Saura recuperó para el cine de calidad a través de ¡Ay, Carmela!. "Estoy contentísimo con que este homenaje de mis compañeros. Lo único que lamento es que faltará una figura para mí muy querida: Emiliano Piedra -falleció el año pasado- Me encantaría que estuviera representándole Emma Penella, pero no sé si me atreveré a pedírselo".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_