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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Dos muletas para la peseta

APENAS Dos días después de que el Comité Monetarío de la Comunidad Europea concluyera su reunión extraordinaria, convocada a instancias de las autoridades españolas, con una segunda devaluación de la peseta en un 6%, el Banco de España anunció ayer una subida de tres cuartos de punto en los tipos de interés. Esa subida fue sorprendentemente anticipada horas antes por el ministro Solchaga. En una situación definida por la marcada desaceleración del crecimiento, si se recurre a una medida de ese tipo, asumiendo sus efectos recesivos, es porque se considera prioritario asegurar el mantenimiento de la peseta en una banda no muy alejada del tipo de cambio central; pero lo que ello indica es la falta de confianza de las autoridades en la eficacia de la devaluación decidida horas antes. Como mínimo, revela dudas sobre si la magnitud de la devaluación ha sido la adecuada.En efecto. El hecho de que el anuncio se produjera en domingo -es decir, antes de que pudiera comprobarse la reacción de los mercados- supone casi una confesión de que se estima insuficiente ese 6% decidido tras no sabemos qué cálculos. No se entiende ese doble movimiento cuando la decisión del viernes tenía por objeto precisamente acercar el cambio oficial al real. Da la impresión de que la propuesta que nuestras autoridades llevaron al Comité Monetario carecía de fundamentación suficiente, y, una -vez concluida esa reunión, nuevos elementos de juicio -¿-pero cuáles?- determinaron la introducción de esa muleta de la elevación de los tipos de interés en la que sobreapoyar el tipo de cambio de la peseta. Mal asunto si antes de estrenar la nueva paridad cambiaria ésta precisa del apoyo de elevaciones en el precio del dinero, con el consiguiente perjuicio en las condiciones de financiación de las empresas y en el saneamiento de las carteras de préstamos del sistema bancario, en un momento en que lo aconsejable sería justamente iniciar la senda opuesta.

La decisión no sólo no ha sido entendida por los agentes económicos, sino que ha renovado esa sensación de provisionalidad e inseguridad que se suponía iba a eliminar la devaluación. El inusual y precipitado anuncio el domingo por la noche, tras convocar a los periodistas en el aeropuerto de Barajas, ha aumentado el desconcierto: se trata de un medida que en principio le corresponde tomar al Banco de España, no al ministro de Economía, y fue éste quien no hace mucho vendía las ventajas de dotar a esa , institución de un estatuto de autonomía similar al del Bundesbank. Su anticipación por parte de Carlos Solchaga reviste a la subida de un carácter de excepcionalidad, poco tranquilizador. El comportamiento del tipo de cambio de la peseta en los mercados de divisas durante la jornada de ayer, lunes, apenas se distanció de esa paridad central. Por el contrario, los mercados bursátiles acusaron esas innecesarias tensiones en el precio del dinero y la confusión asociada a su anuncio.

En las delicadas circunstancias por las que atraviesa nuestra economía, el asentamiento de las expectativas de los agentes económicos ha de encontrar en las autoridades económicas la garantía, cuando menos, de la coherencia de sus acciones. La limitada capacidad de que dispone cualquier Gobierno para afectar de forma significativa la actividad de su economía no lo es tanto para deteriorar adicionalmente sus perspectivas Con la generación de declaraciones contradictorias y confusas señales, expresivas de inseguridad o de la falta de suficiente reflexión sobre sus verdaderas implicaciones.

Las respuestas que hasta ahora se han dado a la crisis cambiaria, desde la no por fugaz menos perniciosa circular 16/1992 del Banco de España hasta las tensiones creadas con esta elevación en el tipo marginal de los certificados del Banco de España, no han hecho sino aumentar esa ceremonia de la confusión y el desconcierto en que hoy se encuentran cuantos siguen la evolución de la economía española y su dirección.

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