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Ni divorcio, ni unión libre

Juan Arias

Una de los mayores logros del Concilio Vaticano II fue que empezó a plantearse que la sexualidad humana tiene como finalidad no sólo la "procreación", sino también y, sobre todo, el diálogo y la comunicación entre los seres humanos.El nuevo catecismo sigue afirmando que el ejercicio de la sexualidad sólo puede realizarse dentro delmatrimonio y con la finalidad primordial de crear y educar hijos. Deben abstenerse, por tanto, de todo tipo de relación sexual, tanto los novios como cuantos no hayan recibido el sacramento del matrimonio. Como deberán seguir castos los divorciados o separados". El catecismo afirma categóricamente: "El placer sexual es moralmente desordenado, cuando se busca por sí mismo, aislado de la finalidad de la procreación y de la unión". Y siguen firmes los pecados de siempre, que el catecismo llama "ofénsas a la castidad" Y son:

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- La lujuria, la masturbación, la fornicación, la pornografía, la prostitución, la violación y los actos homosexuales. Y en las "ofensas a la dignidad del matrimonio" aparecen el adulterio, el divorció, el incesto y la unión libre.

Las palabras más duras van para el divorcio, al que se califica de "ofénsa grave a la ley natural", "injuria a la alianza de la salvación", "adulterio público y permanente" (para los casados de nuevo), "desorden inmoral dentro de la familia", y "verdadera plaga social y contagiosa".

- El aborto sigue siendo considerado como un "crimen", y tanto los que los practican como los que "participan" en él caen en "excomunión".

- Siguen condenados todos los métodos físicos de control de natalidad, y se recomienda incluso a los esposos que hagan un uso "moderado" de la sexualidad.

- Lo que podría ser más nuevo es cierta "clemencia" a la hora de condenar a los homosexuales y a los masturbadores, ya que aun considerando a ambos "pecadores" se pide mucha "comprensión" hacia ellos, sobre todo en los casos de masturbación por "inmadurez psicológica". Lo mismo en el caso de la prostitución que se pide comprensión para aquellas prostitutas empujadas por la miseria e ignorancia.

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