Becarios

Hemos leído, no sin asombro e indignación, el artículo publicado en EL PMS el día martes 27 de octubre en el suplemento de Educación acerca de los Becarios que se quedan.

En el mismo, Miriam Martínez, una funcionaria del Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI), afirma que ha pedido colaboración a la policía, además de a empresas y al matrimonio, para asegurarse de que los becarios de 85.000 pesetas al mes, una vez cumplido su periodo de estudios, regresen a sus países.

Malo es un artículo sobre programas de cooperación en un tema tan delicado cual es becas, en el que se menciona dos veces a la policía y una al Ministerio del Interior en breve espacio. Y más malo es que el ICI se convierta en gendarme de una decisión que es, en el fondo, estrictamente personal: utilizar las oportunidades profesionales para buscar "un lugar en el mundo" donde vivir

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con dignidad y progresar ocupacionalmente.

Si en un momento histórico dado, el país donde un profesional nació se hunde, literalmente, y llega a la tortura, la persecución y el hambre, ese profesional está en su legítimo derecho de buscar una beca e intentar rehacer su vida en otro país.

Y sin llegar a esos extremos, en un mundo donde rige la ley de la oferta y la demanda, si los países latinoamericanos no han sido capaces de retener ni estimular a sus recursos humanos cualificados, no le corresponde a España erigirse en gendarme para que esos recursos -si acaso pasaran por aquí y no por Estados Unidos, Francia y Alemania- regresen forzadamente a sus lugares de origen.

Para lograrlo no hace falta solicitar la colaboración de - la policía o el matrimonio. Bastaría .con que se articularan mecanismos para que, por ejemplo, desde los programas de cooperación internacional, esos países logren crear las condiciones para que los ex becarios trabajen con dignidad y estímulo. Algo que la AECI hasta ahora parece no haber conseguido.-