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Felipe II quiso "cristianizar la antigüedad", según Checa

Fernando Checa, de 40 años, profesor de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, ha dedicado seis años a la investigación de Felipe II (1527-1598) como figura central del Renacimiento europeo. En su libro Felipe II, mecenas de las artes (Editorial Nerea), presentado ayer en el Museo del Prado, desarrolla la tesis de que el rey pretendió "cristianizar la antigüedad y la sabiduría del pasado".Los frescos de la biblioteca de El Escorial y el mecenazgo de Carlos V fueron los estudios iniciales de Fernando Checa, que se fueron centrando en Felipe II hasta escribir la biografía artística del monarca. En los sucesivos, capítulos aparecen la formación y los viajes, el lenguaje artístico de la corte, la construcción de El Escorial, sus relaciones con los artistas y la contrarreforma.

"A través de su biografía se puede ver la evolución de una persona del pleno Renacimiento, a la que le gustan los temas mitológicos y eróticos, a la contrarreforma; esa evolución personal y de la cultura española y europea es muy ilustrativa en los retratos iniciales de Tiziano y en los últimos de Pantoja de la Cruz", declaró ayer Fernando Checa. "La relación de Felipe II con las artes y el mecenazgo da la imagen de un monarca del Renacimiento, interesado por la cultura y el arte, que en Europa sólo se puede comparar con los Médicis, en unos momentos de gran intercambio de objetos artísticos".

Checa destaca que el programa artístico de Felipe II era "cristianizar la antigüedad, que era un punto esencial de referencia de los hombres" cultos del Renacimiento; cristianizar la arquitectura clásica, las decoraciones y la pintura del Renacimiento". El Escorial es clave en Felipe II y en el libro de Checa, quien ha investigado el edificio como "un programa total, no como una cuestión de arquitectura o de pintura, sino de cultura".

El arte fue también un elemento de propaganda de la imagen de Felipe II y de su programa religioso y cultural, según Checa. Destaca la relación personal con los artistas (Tiziano, Juan de Herrera, Antonio Moro); los intercambios del eje Amberes-Roma-Madrid y el seguimiento "subido a los andamios" de El Escorial.

El libro Felipe II, mecenas de las artes se presentó ayer en el Museo del Prado, en donde se conservan entre 100 y 150 obras de su colección, que llegó a tener más de mil pinturas, entre ellas 30 de Tiziano, 12 de El Bosco y 5 de Tintoretto. El volumen, de amplio formato y numerosas ilustraciones -entre ellas el retrato de Antonio Moro, adquirido recientemente por el Museo de Bellas Artes de Bilbao-, está compuesto en el tipo Plantin, creado por Cristóbal Plantino, primer tipógrafo de Felipe Il.

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