Por la puerta grande
Con merecidos laureles deja José Antonio la dirección del Ballet Nacional de España. Desde hacía tiempo no vibraba así el patio de butacas de la calle Jovellanos, que lleno y entregado, no escatimó aplausos a la compañía, verdaderamente espléndida y en sus mejores momentos. Hubo fallos técnicos de sonido y luces pero eso no mermó la altura del baile. Ha sido una gran noche de arte.Hubo danza española en casi todas sus vertientes, comenzando con una suite de La Vida Breve perfectamente articulada con la introducción coral y donde brillaron Maribel Gallardo en la novia y Ana González en Salud. La primera baila con suavidad y haciendo sonar unos palillos transparentes; la segunda, en su elegante madurez, hizo una danza desnuda donde destacan sus brazos. La lectura coreográfica es una inteligente recreación del estilo clásico español a escala monumental, con efectivos grupos que se abren y cierran según los intereses musicales. Los figurines de Basaldúa hacen honor a ese apellido de leyenda dentro del diseño teatral argentino y traen a la palestra la atmósfera, otrora gloriosa, de Antonia Mercé y de Encarnación López.
Ballet Nacional de España
La Vida Breve: José Antonio / M. de Falla; Alborada del Gracioso: José Granero / M. Ravel; Romance de Luna y Zarabanda: J. Antonio / J. Nieto Flamenco: Martín Vargas y Juan Quintero; Fantasía Galaíca: Antonio Ruiz,Soler /E. Halffter. Teatro de La Zarzuela, Madrid. 4 de Noviembre.
Permitieron Romance de Luna y Zarabanda el lucimiento de dos de las mejores bailarinas de hoy: Lola Greco y Aída Gómez. La gracia de una y la técnica de otra se armonizan. Greco posee un imán de gran diva, y envuelve con esa aureola poética; Gómez aporta su sangre y todo su cuerpo sonrie al evolucionar sobre la difícil miniatura de pasos.
El Flamenco es simplemente perfecto dentro de su género de estilización teatral del Cuadro de tradición, y tan soberbia estampa no debe ser vista con un respingo de ortodoxia, vana, sino entendiendo que son piezas que se adaptan a los nuevos tiempos escénicos. La Gallardo y el cuerpo de baile en los Caracoles, Currillo y José Antonio en Romeras, y la Greco en el Martinete destacaron poniendo energía y trapío. La realidad es que todos están soberbios hasta el punto que público los jaleaba y aplaudía en medio del baile. Entre los más jóvenes, Jesús Florencio y Jesús Córdoba aportan lo suyo.
La velada se cerró con Fantasía Galaica, feliz recuperación del gran repertorio español. Ambientada y vestida con belleza, la pieza es un milagro de buen gusto e inteligentes soluciones. Todos los mitos de antaño se hicieron realidad y así el público más joven se bautizaba del estilo del gran Antonio y su capacidad de sintetizar el folclore.
Babelia
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