Luanda acusa a la UNITA de una intentona golpista
El presidente angoleño, José Eduardo dos Santos, acusa a la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) de intento de golpe de Estado y fija condiciones para retomar el diálogo con Jonas Savimbi. Las fuerzas gubernamentales han retomado el control de Luanda, mientras la policía ha empezado a recoger las armas que habían sido distribuidas a civiles y militantes del partido gubernamental durante el fin de semana. Las autoridades tratan ahora de tranquilizar a las embajadas en Luanda para evitar la huida masiva de los técnicos y residentes.
En su primera alocución al país desde la proclamación de los resultados de las elecciones del 29 y 30 de septiembre -reconocidos como válidos por a comunidad internacional, pero que la UNITA se obstina en denunciar como fraudulentos-, el jefe del Estado angoleño se declaró dispuesto a negociar con Savimbi la formación de un Gobierno de reconciliación nacional, si el líder de la UNITA da pruebas concretas de su voluntad de respetar en su totalidad los acuerdos de paz firmados en Portugal en mayo de 1991. Para ello, Dos Santos exige la desmilitarización efectiva de la guerrilla.Según un primer recuento oficioso del número de víctimas, los muertos en los combates de estos días suman al menos 1.200.Un Hércules de las Fuerzas Aéreas españolas tenía previsto ayer aterrizar en Luanda para evacuar a unos 90 ciudadanos españoles.En Bengela, al sur de Luanda, y en Huanba, donde se encuentra refugiado Savimbi, la UNITA parece mantener su presión sobre las tropas gubernamentales. El movimiento guerrillero llegó a movilizar a centenares de hombres fuertemente armados para asaltar y ocupar decenas de localidades, incluidos importantes objetivos económicos como las minas de diamantes del este de Angola y algunos campos petrolíferos del norte del país, sin que los observadores militares de la ONU hayan sido capaces impedir estos movimientos. Los tres países garantes de los acuerdos de paz -EE UU, Portugal y Rusia- preparan un plan para reforzar la presencia de cascos azules en Angola para supervisar el nuevo alto el fuego.
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