Major rechaza las críticas y afirma que la CE acabará dándole la razón
El Gobierno británico negó ayer que sus socios europeos le hubieran aislado el lunes en la reunión de ministros de Finanzas celebrada en Bruselas e insistió en que el Sistema Monetario Europeo (SME) "será reformado de acuerdo con nuestras peticiones". El primer ministro, John Major, pidió que no se le molestara "con minucias" cuando los periodistas le preguntaron sobre el fracaso británico en lo referente al SME: "Es obvio que el mecanismo de cambios tiene fallos que deben ser resueltos. Yo lo sé, nuestros socios lo saben; al final será reconocido y se trabajará sobre ello, aunque llevará algún tiempo".
Major intentó disipar la humillante imagen ofrecida por la prensa británica sobre la reunión del lunes. "El Reino Unido da marcha atrás en sus demandas para reformar el SME", titulaba en portada el Financial Times. "Una Europa furiosa manda a paseo a Lamont", titulaba The Diaily Telegraph. "Lamont pide disculpas a Alemania", titulaban The Guardian y The Independent. "Lamont enfría la guerra verbal con Alemania", decía The Times.La impresión era que los representantes del Reino Unido se habían desdicho en Bruselas de lo que proclamaban machaconamente en Londres: que Alemania había conspirado para hundir la libra, que el SME tenía los días contados y que la mayoría de los países comunitarios apoyaban las tesis británicas.
El canciller del Exchequer (ministro de Economía), Norman Lamont, matizó a su vez que no había pedido disculpas a Alemania por sus furibundas declaraciones antigermanas, sino "por lo que ha publicado la prensa estos días".
La actitud de Major y Lamont fue contemplada corno una nueva prueba de que el Gobierno británico ha perdido el rumbo. Ayer mismo, en el diario The Daily Mail, el ex presidente del Partido Conservador, Norman Tebbit, decía en un artículo que la errática política europea del primer ministro ha hundido su prestigio y advertía que "Major puede ver su cabeza en la picota si comete un error con el Council Tax", el impuesto que sustituye desde el año próximo al muy impopular poll-tax de Margaret Thatcher.
El líder del Partido Laborista, John Smith, también se ha sumado a los ataques contra el primer ministro y ayer hizo una crítica demoledora de su política ante la Conferencia anual laborista, que se celebra en Blackpool. Smith aseguró que el modelo de John Major está agotado y debe abandonar el 10 de Downing Street.
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