Dar ejemplo
Como buen español, creo, que en tiempos difíciles todos debemos arrimar el hombro para salir adelante. Yo trato de colaborar y, por tanto, comprendo que me hayan subido el IRPF y que, como funcionario que soy (colaborador científico del CSIC), es posible que congelen mí sueldo durante 1993.También comprendo que, debido a dificultades presupuestarias, me deban desde enero unas 20.000 pesetas por nómina, que espero pacientemente. Como resulta además que los investigadores españoles somos los parientes pobres y no andamos sobrados de dinero, pues comprendo que haya tenido que pagar de mi bolsillo las 80.000 pesetas del billete de avión que he necesitado para asistir a un congreso en Helsinki, en julio (no es que fuera precisamente un viaje de vacaciones, firmaba tres comunicaciones científicas y presentaba la candidatura de España para organizar en 1994 la VIII Conferencia Europea de Bioenergética, que, por cierto, fue aceptada).
Como botón de muestra de cómo andan las finanzas de la investigación española, acaban de notificarnos que el CSIC tiene que devolver unos 880 millones de pesetas del presupuesto asignado en 1992, con lo que, desde luego, mi laboratorio y el de todos mis colegas del CSIC se verán afectados por el recorte. No hablemos del futuro, porque entonces nos deprimiremos.
Lo que no acabo de comprender es por qué si el español de a pie tiene que contribuir así, nuestros dirigentes no se recortan sus sueldos, dietas, dejan de celebrar tantos banquetes, actos folclóricos y demás frivolidades, que creo que en este momento nos sobran.
Por cierto, ¿quién es el responsable político de que hayamos llegado a esta situación? ¿Lo han cesado? ¿Ha dimitido?-
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