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EL FUTURO DE EUROPA

Kohl y Mitterrand tratan de impulsar hoy en París una Europa más próxima a los ciudadanos

Aliviados pero no eufóricos, los defensores franceses del Tratado de Maastricht han entendido el mensaje. "François Mitterrand ha aprendido la lección y desea examinar con los otros líderes comunitarios las vías para asentar Europa sobre bases más democráticas", declaró un portavoz del Elíseo. Las cifras definitivas del 51'05% para el sí y 48'95% para el no confirman que, este domingo, la construcción europea escapó por los pelos a una puñalada mortal.

A Francia se le escapó un sí en voz muy baja, un que no fue, en absoluto, "claro y masivo", como había pedido Mitterrand, un sí tan poco entusiasta, tan reticente, que todos los defensores franceses de Maastricht insistían ayer en la necesidad si no de una renegociación del tratado, al menos de lo que llamaban una "corrección" o una "adaptación" del mismo para lograr más democracia, justicia social y proximidad a los ciudadanos. Como dijo un comentarista político, "el referendum francés ha marcado el final de la Europa del despotismo ilustrado"."Por primera vez en las cuatro décadas de construcción europea, las opiniones públicas nacionales han adoptado este asunto como algo propio y no están dispuestas a dejarlo otra vez en las manos de tecnócratas y diplomáticos", afirmó el portavoz de Mitterrand.

El presidente francés, según sus colaboradores, siguió con mucha atención las críticas a la eurocracia de Bruselas expresadas en las últimas semanas. Y al parecer ha decidido modificar su tradicional hostilidad a la ampliación de los poderes del Parlamento Europeo. No obstante, Francia defenderá que esa ampliación se base en "una mayor representativad" de esa institución y "una mayor coordinación con los Parlamentos nacionales".

Los colaboradores del presidente francés reconocieron que los defensores del no han puesto sobre el tapete "verdaderas cuestiones, y citaron las deficiencias en materia de democracia y justicia social de la construcción europea. Hay que dar un contenido más sustancial a esos capítulos", dijeron.

Mitterrand, toma la iniciativa

Mitterrand conversó ayer telefónicamente con el primer ministro británico, John Major, y el canciller alemán, Helmut Kohl. Con el primero habló del Consejo Europeo que Londres desea convocar a comienzos de octubre. Major y Mitterrand se pusieron de acuerdo en que esa cumbre no aborde sólo las actuales tensiones monetarias europeas y la forma de superar el rechazo danés a Maastricht, sino también lo que el líder británico llamó "el modo de hacer avanzar Europa con el apoyo popular".

El presidente francés concertó con Kohl un encuentro personal a celebrar hoy en París. Los dos principales padrinos de Maastricht estudiarán el lanzamiento de una nueva iniciativa conjunta destinada a transmitir un mayor entusiasmo a los diferentes pueblos europeos. Esa iniciativa incluirá una aceleración de los procesos de adhesión a la Comunidad Europea (CE) de Suecia, Austria y Suiza, una profundización del principio de subsidiariedad y una redefinición de las diferentes estructuras europeas.

François Mitterrand y Helmut Kohl, según el Elíseo, están de acuerdo en la necesidad de "democratizar Europa y acercarla a los ciudadanos".

Los defensores franceses del sí afirmaron haber escuchado con claridad el mensaje de los 12 millones y medio de franceses que rechazaron el Tratado de Maustricht.

Laurent Fabius, primer secretario socialista, dijo que los votantes del no se pronunciaron por "una Europa más social, más democrática, más respetuosa con el medio ambiente y más humana". Elisabeth Guigou, ministra de Asuntos Europeos, aceptó que la victoria del fue "pírrica" pero se pronunció inmediatamente, como los demás socialistas, por "una Europa mejor, menos burocrática".

"La estrechez del resultado", declaró el primer ministro, Pierre Bérégovoy, "es una advertencia para todo el mundo". Bérégovoy reconoció que "los obreros, los agricultores, los comerciantes, los artesanos, los empleados, en una palabra, los franceses más expuestos a la dureza de la vida", votaron no.

Chirac, por la reforma

Los abogados del en las filas del centro y la derecha fueron aún menos triufalistas que los socialistas. "El Tratado de Maastricht tiene numerosas imperfecciones", afirmó el gaullista Jacques Chirac. "Hay que corregirlo en el sentido de una mayor democracia, una menor tecnocracia y una mayor cercanía a los verdaderos intereses de los ciudadanos". "La Comunidad Europea", aspostilló Alain Juppé, brazo derecho de Chirac, "ya no podrá funcionar como hasta ahora".

Esta vez, el campo del no estuvo de acuerdo con los defensores del . El socialista Jean-Pierre Chevénement, que había declarado en la noche del domingo que el referéndum francés dio "una luz ámbar, pero no verde" a Maastricht, reiteró ayer que sus compatriotas "no han dado un cheque en blanco" a ese tratado.

"Los franceses", dijo Chevènement, "han votado de modo muy inteligente., No han querido correr el riesgo de poner en peligro la construcción europea, pero han enviado a todos los dirigentes comunitarios un clarísimo mensaje de insatisfacción". En su opinión, los franceses pidieron "menos paro y más democracia".

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