Volver al pasado, pero sin Somoza

F. O., La decisión de devolver las propiedades confiscadas por los sandinistas retornaría hipotéticamente a Nicaragua al año 1979, pero sin el caudal de posesiones de que disponía Anastasio Somoza que era, por otra parte, la mitad del país. Todo resulta muy complejo, dado que los años transcurridos han transformado no sólo a la sociedad, sino también la propiedad privada. Existen fincas que están habitadas por muchas familias y nadie las va a echar a la calle.

Hay 4.600 reclamantes, con un total de 17.000 casos, que van desde propiedades agrícolas hasta una avioneta confiscada por la entonces incipiente fuerza aérea sandinista. Muchas propiedades son irrecuperables no sólo por su transformación o porque sobre sus cimientos se han creado hoy otras empresas distintas, sino porque muchos bienes ya no existen. La solución, según el Gobierno, es la indemnización. Los tres decretos y el acuerdo presidencial destinados a dar una solución justa a este conflicto prevén la indemnización de los casos conflictivos con bonos de empresas del Estado. Esto no satisface a los reclamantes, porque no hay confianza en ellas. Antes del 30 de septiembre se constituirá una comisión mixta, con personalidades nacionales y extranjeras, que determinará el valor de las propiedades confiscadas sobre precios reales de hoy. Si el reclamante no está de acuerdo, habrá un arbitraje.

Todas serán evaluadas, incluso aquellas casas que los dirigentes sandinistas enajenaron en los meses previos a la toma de posesión de Violeta Chamorro. No habrá discriminación sobre los reclamantes, de manera que aquellos que fueron tachados de somocistas por el régimen sandinista quedan desprovistos de este calificativo, que fue lo que motivó en su día la confiscación de sus bienes. Pero de la teoría a la práctica hay un abismo. "La polémica ni siquiera ha empezado aún", aseguran.