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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Otro triángulo

Sólo para mujeresDe Sebastian Junyent. Intérpretes: Kiti Manver, Juan Ribó, Andoni Ferreño, María Isbert. Escenografía de Rafael Redondo. Director: el autor. Teatro Marquina, 16 de septiembre.

Hay momentos de un pánico absurdo en los que uno teme que la obra de teatro no termine nunca: que los cómicos sigan hablando y hablando con un texto sin fin: un castigo infernal. tuve esa visión de neurastenia en el Marquina, con Sólo para mujeres, interminable; sobre todo cuando, hacIa la 1.30 de la madrugada, se hizo un oscuro que duró un buen rato, se descorrieron las trabajosas cortinas y, una vez más, comenzaba lo mismo.

En realidad, faltaba el chiste. Toda la comedia es un chiste: una señorita pudorosa y de buena familia, pero histérica -Kiti Manver- se encierra en una habitación de hotel para suicidarse; irrumpe, por el clásico error, un chico de alquiler -Andoni Ferreño- con el consiguiente, aunque ilógico, equívoco; aparece el novio formal -Juan Ribó- y se produce el triángulo: que se resuelve con el chiste. Llega ya entrada la madrugada (éste es uno de los disparates del teatro: un horario ajeno a la vida real) y no creo que merezca la pena guardar en secreto lo que le hace obvio desde el principio: la chica se queda con los dos. El formal, como marido; el otro, con la tarjeta de crédito. Se le acaba la histeria: como moraleja es valiosa.

Todo podría escenificarse en mucho menos tiempo, incluso no contarse, de no tener mucha necesidad. Junyent la tiene, indudablemente, y se enamora de su obra hasta no querer abandonarla. Ya no es el mismo: ha pasado de lo dramático de calidad a lo cómico comercial; entra en la categoría de autores que escriben en el programa que su único objetivo es divertir. Parece que lo consiguió en gran medida, aunque yo sea una excepción sin importancia.

Un público especial: invitado por Tele 5, con algunas de sus brillantes señoritas; y con las antiguas estrellas que aún podían para ponerse en pie y gritar de entusiasmo cuando ya el lifting se les había caído.

No sé cómo será en días normales: supongo que también dará mucho que reír. Estos tres actores lo consiguen con su buen trabajo; hago hincapié en la capacidad de uno de ellos, Andoni Ferreño, porque debutaba en el teatro, y lo hizo con buen pie.

Una cuarta actriz: María Isbert, veterana cómica, en un papel afortunado de acompañamiento, de comentarista de lo que está sucediendo. Sirve también para reiterar, como si no fuese bastante lo que los demás repiten sin cesar (debió pensar el autor que su enredo era tan difÍcil para el vulgo que había que insistir en sus nudos), y le da su gracia peculiar.

Un quinto, penoso actor: un perro. Drogado, casi inmóvil, tienen que llevarle en brazos, y el infeliz se va quedando dormido donde puede. ¿Lo harán así tarde y noche? ¿Está permitida esa crueldad?

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