Sobre la sanidad pública

He sido siempre una defensora de la sanidad pública, pero determinadas experiencias me están haciendo cambiar de opinión.Soy una mujer embarazada que va a tener su primer hijo. Desde el primer momento pensé que, ya que pago mi parte correspondiente a la Seguridad Social, y mi empresa, que es la Seguridad Social, la suya, utilizaría sus servicios sanitarios como siempre he hecho cuando los necesité.

Fui a visitar al tocólogo en cuanto supe que estaba embarazada y se me practicaron los correspondientes análisis de sangre y orina. El día 6 de julio, embarazada de tres meses, tuve una amenaza de aborto. Me atendieron de urgencia correctamente y sin ningún problema, pero la siguiente cita que me dieron para una revisión fue el día 4 de septiembre (dos meses después de la amenaza de aborto; era época de vacaciones). Armada de paciencia fui el día 4 de septiembre (embarazada de cinco meses) a la consulta y me encuentro con lo siguiente: el especialista no considera oportuno realizarme ninguna exploración, ni ecografía, ni análisis de sangre u orina. Le expongo entonces que me gustaría que me fuesen realizadas dichas pruebas y accede a ello, pero manifiesta que están dando cita para practicar una ecografía para el mes de noviembre (estaré embarazada de siete meses). Ante mi queja, la cita se traslada al día 21 de octubre. Le digo que cómo es posible que después de una amenaza de aborto al tercer mes de embarazo la revisión posterior se lleve a cabo al séptimo mes. ¿En este país no se defiende una medicina pública para todos? ¿De qué nos sirven los adelantos técnicos si no se pueden utilizar en beneficio de todos, incluidos los que no pueden acceder a la medicina privada por no tener medios económicos?

¿Por qué los políticos hacen discursos preciosos basados en estadísticas que muchas veces no se ajustan a la realidad? Afortunadamente, la humanidad se ha estado reproduciendo aun sin análisis de sangre o ecografías a lo largo de su historia.-