Pinochet celebra con salvas de cañón el 19º aniversario del golpe contra Allende
El 19º aniversario del golpe militar dividió ayer los sentimientos de los chilenos. Mientras miles de izquierdistas marcharon hasta la tumba del ex presidente Salvador Allende para recordar a las víctimas del sangriento golpe de Estado que interrumpió la democracia hace 19 años, el general Augusto Pinochet celebró la fecha con 21 salvas de cañón en la escuela de oficiales del Ejército.
La sólida transición hacia la democracia se tambalea cuando se mira hacia el pasado. Los manifestantes, que hicieron romerías a los principales cementerios del país pedían la renuncia de Pinochet, quien sigue como jefe del Ejército después de entregar en 1990 la banda presidencial a Patricio Aylwin.
Pinochet no ha renunciado al protagonismo y cada cierto tiempo hace gestos desafiantes. Las salvas de cañón, que por primera vez usa el Ejército para recordar el once pese a que el propio Aylwin las consideró inconvenientes para la reconciliación del país, fueron uno de estos gestos. Ayer, cerca de 1.000 personas pidieron el retorno de Pinochet a la arena política -algunas de ellas luciendo esvásticas- y aplaudieron las salvas.
Este 11 de septiembre estuvo marcado por la conmoción que causó la muerte en la víspera de tres policías y un extremista en un ataque de un pequeño grupo de ultraizquierda, que fue condenado por todos los partidos.
Resurgió también el gran tema pendiente de la transición: hacer justicia por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura. Ayer partieron dos marchas desde los extremos del país para pedir la derogación de la Ley de Amnistía que permite la impunidad para los atropellos perpetrados entre 1973 y 1978.
