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Correos desaloja su sede emblemática de Cibeles

Javier Casqueiro

El Palacio de Comunicaciones -situado en una de las privilegiadas esquinas de la plaza de Cibeles- empezó a ser desalojado ayer por los moradores que lo han pisoteado en el último siglo: los funcionarios de Correos (actualmente, 3.000). El desmantelamiento como sede postal -aunque permanecerá el vestíbulo como estafeta- se producirá este mes, y promete ser traumático. La CSIF, un sindicato con escasa representación interna pero con buena resonancia, ha denunciado el hecho como un paso hacia la privatización, y ve detrás el interés del ministro José Borrell por montarse un céntrico y lujoso despacho.

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El edificio, construido a principios de siglo (1905), es una de las obras más significativas del arquitecto Antonio Palacios Ramilo, que lo proyectó con un claro estilo modernista en colaboración con Julián Otamendi y Ángel Chueca Sainz. El solar estuvo ocupado hasta entonces por los Jardines del Buen Retiro.Desde que fue inaugurado, hace 75 años, ha cobijado las oficinas centrales de Correos, aunque siempre perteneció a la Secretaría General de Comunicaciones de los distintos ministerios de Transportes. El palacio, sin embargo, tampoco es propiedad de esta secretaría sino del Patrimonio del Estado, que ni ha desafectado ni ha decidido definitivamente su futuro.

La obra, cuya fachada y estructura forman parte del perfil histórico de Madrid, costó en su día un millón de pesetas, y medio millón más montar su mobiliario, según fuentes sindicales.

El palacio de Comunicaciones es, en la actualidad, el protagonista de una farsa. El escenario es una mentira que luce solamente en la fachada. Casi todo su interior está podrido, viejo, abandonado. Casi todo menos el vestíbulo central -que ha sido remozado recientemente y continuará en el futuro ejerciendo sus actuales funciones- y los despachos de las plantas nobles.

La dirección de Correos entiende que en estas condiciones no se puede trabajar bien, y ha decidido dispersar los servicios concentrados hasta ahora en el inmueble de Cibeles. Los directivos y los servicios burocráticos del organismo autónomo -que a partir de ahora se conocerá como Administración de Postas- han sido los mejor tratados con el traslado.

Correos ha alquilado un céntrico inmueble, en la calle de la Aduana y a pocos metros de la Puerta del Sol, por unos cuatrocientos millones de pesetas al año, a la inmobiliaria Arcona Ibérica, para albergar estos servicios. El edificio, con 8.500 metros cuadrados construidos, ha sido rehabilitado especialmente para su nuevo cometido, con una inversión que la CSIF calcula próxima a los cuatrocientos millones de pesetas.

Sede de lujo para directivos

Los directivos de Correos no se marcharán a la nueva sede, donde se han acomodado todos los detalles modernos de un edificio inteligente de oficinas, hasta la semana que viene. Por si falta espacio, Correos tiene programado también alquilar a la misma inmobiliaria el edificio colindante, actualmente en rehabilitación a cargo de la constructora Ocisa.Los trabajadores, especialmente los 650 de la unidad de clasificación, no han tenido tanta suerte. Ayer, a las 6.45 de la mañana, un autocar les llevó a otro centro de Correos cerca de la estación de Chamartín. Los sindicatos, la CSIF pero también el Sindicato Libre de Correos y la CGT, entienden que ese edificio ya está saturado.

La CSIF, que cuenta con cinco representantes en la junta de personal, de los 41 posibles -la junta no está constituida y en ella serían mayoritarios CC OO y el Sindicato Libre-, define así el traslado: "Es un desalojo, desahucio o atentado indigno de una democracia, puesto que estamos a corriente de pago y no merecemos este trato".

Los portavoces de la CSIF declaran no entender las razones del traslado pese a haber requerido información oficialmente en numerosas ocasiones, y adivinan detrás de la operación oscuros intereses. José Luis Saavedra Iglesias, vicepresidente del sindicato, anunció ayer que ante la impotencia surgida por la política de hechos consumados de la dirección, "que avisa de los desplazamientos con 24 horas", se va a pedir la intervención del fiscal general del Estado.

La CSIF denuncia que el traslado de oficinas, que este mes se concluirá -menos en los servicios que se prestan al público en el vestíbulo, que permanecerán ahí-, responde también a la intención del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones de ir privatizando Correos, y a la de su titular, José Borrell, de ponerse un despacho céntrico y lujoso.

La dirección argumenta que sí se ha dado información a todos los sindicatos -"la última reunión se mantuvo a finales de julio"- y señala para demostrarlo que las demás centrales, excepto la CSIF, no han protestado y están "más o menos" de acuerdo en la reestructuración.

Los portavoces de la CSIF afirman que estos sindicatos no protestan "porque algunos de sus miembros ocupan ahora cargos en la empresa". Ningún portavoz de UGT o Comisiones Obreras fue localizado ayer por este periódico para dar su versión.

El portavoz de Correos niega cualquier plan de privatizar Correos pero no aclara si Borrell tendrá despacho en Cibeles. Fuentes cercanas al ministro indicaron que el despacho siempre existió, y que alguna vez ya fue usado por el titular de la cartera.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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