El Gobierno de Israel legalizará los contactos con los palestinos de la OLP

El Gobierno israelí propondrá la legalización de los contactos con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), según informaron ayer fuentes oficiales en Tel Aviv. "Tenemos la obligación de cambiar esa estúpida ley", declaró a la radio el viceministro de Exteriores, Yosi Beillin, al adelantar que el Ministerio de Justicia elabora una enmienda a la ley de 1986 que prohíbe los contactos con la organización palestina, a la que el Gobierno israelí ha venido considerando exclusivamente como un grupo terrorista. Yasir Arafat, líder la OLP, celebró la iniciativa del nuevo Gobierno laborista de Israel.

"Es un paso en la dirección, adecuada y el reconocimiento por el Gobierno de Israel de una realidad política que es evidente para todo el mundo", declaró Arafat a la agencia Reuter en Túnez.

Representantes palestinos en las negociaciones de paz y miembros árabes del Parlamento israelí han desafiado abiertamente dicha ley en reíteradas ocasiones durantes los últimos meses al entrevistarse con Arafat, ante las cámaras de televisión. Pero, el Gobierno de Isaac Rabin no ha castigado a los que violaron dicha prohibición.

El activista pacifista israelí Abie Nathan fue encarcelado en dos ocasiones, durante el anterior Gobierno de la coalición conservadora del Likud, por entrevistarse con Arafat.

La noticia se produce en vísperas de que el presidente estadounidense, George Bush, y el primer ministro israelí, Isaac Rabin, se entrevisten hoy para restablecer las buenas relaciones entre ambos países, dañadas por la negativa del anterior Gobierno de Tel Aviv a detener la construcción de asentamientos judíos en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania.

La batalla por el crédito

La reciente detención de las obras de dichos asentamientos hace esperar a Rabin la agilización en la concesión de un crédito por 10.000 millones de dólares para financiar el alojamiento de casi medio millón de inmigrantes judíos procedentes de la ex URSS y hacer frente al paro. Estas perspectivas no han evitado la airada protesta de los sectores conservadores. Ayer mismo un grupo de 200 colonos judíos protagonizó un encierro en uno de los edificios cuya construcción ha quedado interrumpida por la decisión gubernamental. El encierro terminó tras el acuerdo alcanzado por las autoridades que se comprometieron a no demoler la vivienda hasta dentro de dos semanas.

Rabin, que ayer ya se encontraba en EE UU, podía haber empezado las negociaciones con Bush sobre estos temas si hubiese aceptado la invitación del presidente norteamericano para pasar el fin de semana en su casa de campo en el Estado de Maine. El primer ministro no aceptó esta invitación por la destrucción del templo de Jerusalén por las legiones romanas de Tito en el año 70 después de Cristo. Este acontecimiento, ocurrido, hace unos 2.000 años, es celebrado por los judíos practicantes con una jornada de oración, ayuno y llantos ante el llamado muro de las Lamentaciones, vestigio de la sección exterior y occidental del templo.