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Expertos en arte culpan a los políticos de la pobreza de las colecciones españolas

La directora del Centro de Arte Reina Sofía pide mayor autonomía para el museo

Andrés Fernández Rubio

La Mujer en azul, de Picasso, fue encontrada por casualidad en unos almacenes de Madrid en los años cincuenta. El artista se había presentado en 1901 a la Exposición Nacional de Bellas Artes, no obtuvo premio alguno y no se preocupó de recuperarla. La obra es ahora uno de los cuadros emblemáticos de la colección permanente del Museo Reina Sofía que, se mostrará el 7 de septiembre, tras la incorporación a sus fondos y el traslado de edificio del Guernica. La anécdota de Mujer en azul sirvió para ilustrar, en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, la ignorancia y el oportunismo de los políticos y la pasividad social en España respecto al arte del siglo XX.

El panorama descrito por varios de los participantes en el encuentro sobre El coleccionismo de arte contemporáneo en España es negativo, empezando por el director del curso, el crítico de arte Francisco Calvo Serraller, para quien la mejor de las Colecciones españolas "no merecería un lugar entre las 100 mejores de nuestra área cultural". Según la historiadora del arte Dolores Jiménez-Blanco, se produce un problema de identidad cultural por la inexistencia de una colección a la que acudir para ver reflejada de una forma verdaderamente representativa la evolución artística en España situada en el contexto internacional apropiado, "aun cuando algunos de los artistas más importantes para la creación del siglo hayan sido españoles".

Jiménez-Blanco le ve difícil solución al problema "mientras el mundo de la cultura tenga una dependencia tan brutal de la política y las decisiones de envergadura dependan de tecnócratas que desconocen el mundo del arte contemporáneo y sólo pueden analizarlo en términos de rentabilidad política inmediata".

Autora del libro Arte y Estado en España en el siglo XX (Alianza), Jiménez-Blanco analizó históricamente los orígenes de la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), que se presentará en septiembre, y contó los vaivenes de un patrimonio sobre el que pesa "un error político siempre recurrente, de carácter cíclico y fatalista".

María Corral, como directora del MNCARS, defendió la colección diciendo que tiene piezas "francamente sorprendentes que en su momento no se supieron ver", y sostuvo que con ella se puede entender muy bien la historia del arte español de este siglo gracias a la presencia de obras de Julio González, Gris, Picasso, Miró y Dalí.

La gran sorpresa

Dijo que, "más que nada, la presentación temática va a ser la gran sorpresa", y que en la colección "hay lagunas que cubrir, afortunadamente".

Corral opinó que la injerencia de los políticos en el arte español del siglo XX ha sido siempre "por omisión", porque hasta fecha muy reciente no ha habido voluntad de crear, una colección de arte contemporáneo. Desmarcó a los museos de la política, porque un museo no se debe considerar como una inversión pública cualquiera, "sino como una vida", y pidió una mayor autonomía para el Reina Sofía (que se convierta de organismo a ente autónomo) con el fin de agilizar las gestiones, sobre todo en contratos y adquisiciones.

Leopoldo Zugaza, consejero del Museo de Bellas Artes de Bilbao, del que fue responsable y para el que, con gran perspicacia, compré en su día obras de artistas como Francis Bacon, defendió la autonomía total de los museos en cualquier operación sobre adquisiciones o legados, y bromeó señalando como antítesis de este sistema ideal las adquisiciones "que han llegado a veces al pleno de un Ayuntamiento". La despreocupación política, por el coleccionismo en España también se refleja en las leyes, según el abogado Alfredo Pérez de Armiñán.

En su opinión, las normas vigentes en España "siguen padeciendo el defecto de la dispersión y falta de armonía interna, pues sigue sin existir un proyecto cultural coherente en el que encajen las piezas del sector público y de los particulares". "Como falta ese modelo social, las normas se resienten", afirmó Pérez de Armiñán, y añadió que es casi imposible saber lo que hay, lo que ha habido, quién lo ha creado y cómo se ha transmitido en las colecciones de arte españolas del siglo XX.

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