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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Las tres diosas

Poco o nada conocido en España, Rudolph Thome es un realizador, guionista y productor alemán, perteneciente a la generación de R. W. Fassbinder, Werner Herzog y Wim Wenders. Tras realizar 10 largometrajes, el fracaso de Tarot (1985) le lleva a volver a sus orígenes. Y rueda una trilogía sobre La formas del amor, con muy pocos medios, integrada por El microscopio (1987), El filósofo (1988) y Siete mujeres (1989).Sin previo aviso, y con cuatro años de retraso, se estrena El filósofo, la segunda parte de la trilogía, una especie de cuento sin moraleja, con una primera mitad de gran atractivo, pero que en la segunda, por un exceso de ambición, se le escapa bastante de las manos hasta llegar a eso que se llama "un final abierto", y que en este caso no es, más que falta de imaginación.

El filósofo (Der philosoph)

Director y guionista: Rudolph Thome. Fotografía: Reinhold Vorsechneider. Intérpretes: Johannes Herrschman, Adriana Altaras, Frederike Tiefesbacher, Claudia Matschula. Alemania, 1988. Estreno en Madrid: Ideal (versión original).

El filósofo comienza con una serie de escenas sin relación entre sí donde se ve cómo un ascético joven espera nervioso que le en víen por correo los primeros ejemplares del tratado de filosofía que acaba de publicar, mientras tres muchachas se despiertan en la cama de sus respectivos amantes de turno y les tratan con cierta frialdad.

Los cuatro personajes se relacionan cuando el filósofo entra en la tienda de las tres muchachas a comprarse un traje para dar una conferencia y no tiene suficiente dinero para el que le gusta. Tras una brillante elipsis, el filósofo está dando la conferencia con el traje nuevo y las tres jóvenes le aplauden.

Resulta previsible

A partir de esta escena todo resulta más o menos previsible. El filósofo comienza a salir con las tres jóvenes, intima con una de ellas y, tras ver que su casa es mucho peor que la suya, deciden vivir los cuatro juntos y convertirse él en el centro de las atenciones de ellas.El problema de El filósofo es que, a partir de este momento, Rudolph Thome no sabe literalmente cómo continuar la historia que está contando. Y no se le ocurre nada mejor, dado que el protagonista se llama Georg Hermes y es filósofo, que las tres muchachas sean tres diosas que le están buscando.

La pregunta que surge entonces es ¿para qué le buscan? Y la respuesta parece ser para que deje de vivir como un ermitaño y conozca los placeres de la vida.

Si El filósofo fuese una película de Marco Ferreri sobre guión de Rafael Azcona, este final significaría que la mujer ha destruido al hombre. Dado que es una película escrita y dirigida por el no muy conocido Rudolph Thome, sólo cabe pensar que este cuento, lejos de los del francés Eric Rohmer, no tiene moraleja, no porque no sea posible que la tenga, sino porque no se le ha ocurrido ninguna a su autor.

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