Los políticos eluden responsabilidades por la sangre contaminada con sida en Francia
Tres ex ministros franceses, Laurent Fabius, Edmond Hervé y Georgina Dufoix, acudieron ayer a declarar ante el Tribunal Correccional de París para convencer al juez Mazieres de que nada sabían de la existencia de técnicas de desactivación del virus del sida, y que desconocían también que los lotes de productos sanguíneos que se suministraban a los hemofílicos estaban contaminados por dicho virus. Y que tampoco son los culpables del retraso en la declaración obligatoria de la prueba con la que se conoce si un donante es o no seropositivo.
Antes, por la mañana, el ex consejero del ex ministro de Sanidad Edmond Hervé, el doctor Claude Weisselberg, ha puesto las cosas difíciles a su superior: "Sí, el ministro sabía que todos los lotes distribuidos por el Centre National de la Transfusión Sanguine (CNTS) estaban contaminados". El juez quiso conocer en qué se fundaba tal seguridad. "En que yo mismo se lo dije", remachó Weisselberg.Por la tarde, Edmond Hervé no desmintió a su ex consejero: "Es cierto. He prometido decir toda la verdad y nada más que la verdad. En junio de 1985 recibí un informe que me puso al corriente de que todos los lotes estaban contaminados". Luego empezó su defensa, fundada en que la distribución de la sangre y el cómo desactivar el virus era responsabilidad de los técnicos. Para los políticos reservó otra responsabilidad: la de hacer obligatorio un test destinado a los donantes, objetivo cumplido desde el primero de agosto de 1985, tal y como anunció el 19 de junio ante el Parlamento el entonces primer ministro Laurent Fabius.
Durante la declaración de Edmond Hervé se oían los gritos de los manifestantes callejeros: "¡Lo sabían y no han dicho nada!". El ex ministro negó que fuese consciente de la gravedad de la situación en marzo o mayo de 1985: "No perdimos el tiempo", afirmó para definir su actuación. Hervé aseguró que "jamás consideraciones financieras o industriales frenaron decisiones en materia de sanidad", respuesta, indirecta a lo declarado por François Gros por la mañana, cuando el ex consejero de Laurent Fabius se quejó de "las reticencias provenientes de los representantes de los distintos ministerios" en el momento en que se supo que alguien tenía que asumir en su presupuesto los gastos derivados de la generalización del test, gastos que en la época se, cifraban entre 200 millones y 400 millones de francos (alrededor de 3.900 millones y de 7.850 millones de pesetas). En definitiva, Edmond Hervé ha intentado dejar claro que los políticos tenían responsabilidades de prevención -que cumplieron- y los técnicos debían pechar con las responsabilidades médicas.
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