España a la cabeza de Europa
El número de enfermos de sida en España al 30 de junio es de 14.533, y el de infectados se estima en unos 100.000, según informó ayer en Amsterdam Rafael Nájera, presidente de Seisida."España es, por incidencia del sida, el primer país de Europa", afirmó. "Probablemente se debe a que tenemos un porcentaje mayor de adictos a drogas que otros países".
Es más difícil que llegue el mensaje de prevención a las comunidades de drogadictos (el 64% de los enfermos de sida en España, frente a porcentajes próximos al 30% de otros países) que a las de homosexuales, según comentó Nájera. A los primeros está empezando a llegar ahora el mensaje, sin embargo, los homosexuales empezaron a tomar medidas antes" continúa. "En España, hace 10 años, el 28% de los enfermos de sida correspondían a este último grupo, y ahora supone el l5%".
En cuanto al sida heterosexual, Nájera explicó que está creciendo en España y que hoy supone un 5,6% del total de enfermos, frente al 1% hace 10 años. "Actualmente, el número de casos se dobla en tres o cuatro años; antes se doblaba en menos tiempo, pero eran muy pocos casos, por lo que ahora, con una tasa de aumento del sida en disminución, hay muchos más nuevos enfermos por año (3.296 en 1991)", afirmó Nájera.
El hecho de que las vacunas experimentales contra el sida se estén demostrando eficaces no sólo contra el virus sino también contra células infectadas es una de las novedades científicas destacables de esta conferencia, según el médico español. "También son importantes los avances presentados en antivirales", dijo. En este campo están trabajando varios grupos de investigación españoles.
"Estudiamos, por ejemplo, la resistencia a los antivirales a fármacos como el AZT y DDI, que pierden su eficacia al cabo de un tiempo de tratamiento, y la recuperacíón de la sensibilidad a un determinado agente tras un tiempo en que el paciente ha tomado otro fármaco".
Nájera considera que en el futuro se impondrá el uso de terapias combinadas, es decir, utilizar agentes como el AZT, que actúa en la fase de división de la célula, y el DDl, que lo hace, cuando ésta está en reposo.
