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Un almacén de Móstoles guardaba 150.000 litros de 'garrafonazo'

Los madrileños se han librado de miles de garrafonazos. El Departamento de Aduanas ha intervenido en un almacén de Móstoles alrededor de 150.000 litros de alcohol adulterado. Aduanas supone que son parte del millón de litros regenerados en un establecimiento de Villafranca de los Barros (Badajoz) a partir de alcohol desnaturalizado que estaba destinado a la fabricación de barnices. Los primeros análisis indican que la ingestión de esta sustancia no es mortal. Aunque sepa peor y dé dolor de cabeza.

La mayor parte del líquido, que estaba dispuesto para su distribución en bares y locales públicos de la capital como bebida de marca, se hallaba en un viejo almacén de Móstoles (Madrid). Fuentes próximas a la investigación -desarrollada por mandato del juez de Villafranca de los Barros- aseguran que también se ha descubierto otra importante partida de alcohol adulterado en otro almacén situado en Arganda del Rey (Madrid). Este extremo, no obstante, no ha podido ser confirmado oficialmente.El pasado día 9, una comisión judicial registró las instalaciones de la Alcoholera de Villafranca de los Barros, SL, y descubrió allí 12 depósitos subterráneos clandestinos -con una capacidad global de 240.000 litros- en los bajos de un almacén en desuso. Los depósitos, que no estaban llenos cuando fueron localizados, eran supuestamente utilizados para guardar el alcohol adulterado que se pretendía ven der como garrafón para el consumo humano, según fuentes del Servicio de Vigilancia Aduanera El juez ordenó inicialmente la detención de nueve personas -entre ellas un transportista- por su presunta implicación en un delito contra la salud pública, contrabando y fraude fiscal (véase EL PAÍS del pasado día 14).

No es mortal

Aduanas se ha negado a facilitar más información, alegando que Ias investigaciones están en un punto culminante y la difusión de cualquier dato podría entorpecerlas". Sin embargo, fuentes próximas al caso han manifestado que las pesquisas para desmantelar esta red de traficantes de bebidas adulteradas se extienden a diversas provincias españolas, entre ellas Segovia y León. En esta última provincia, los encargados del caso están haciendo averiguaciones sobre la firma Alcoholera de León, SA. Un portavoz del Servicio de Vigilancia Aduanera se limitó a decir que no podía "ni desmentir ni confirmar" estos datos.También se han localizado dos laboratorios madrileños a los cuales los integrantes de la red fraudulenta enviaron muestras del alcohol adulterado para que determinaran si este líquido es apto para el consumo humano. Un portavoz de Aduanas piensa que "sin duda, los autores del fraude pretendían evitar así que volviera a ocurrir algo tan catastrófico como lo sucedido anos atrás con el aceite de colza desnaturalizado".

Medios relacionados con la investigación han adelantado que los dictámenes provisionales indican que el Bitrex -la sustancia empleada para desnaturalizar el alcohol destinado a la fabricación de barnices y otros productos industriales- no es tóxico. Por eso se piensa que la ingestión de estos garrafonazos tampoco lo es. "Tiene un sabor amargo y puede provocar a los consumidores fuertes dolores de cabeza o un coma etílico, en caso de beber una cantidad importante", comentaron las mismas fuentes.

El millón de litros de alcohol presuntamente manipulado por la Alcoholera de Villafranca, SL, supone un fraude fiscal de más de 1.623 millones de pesetas, puesto que esta sustancia -obtenida mediante la fermentación de frutas- está exenta del impuesto sobre bebidas alcohólicas, ya que su destino es la fabricación de disolventes, pinturas, barnices e insecticidas.

Según fuentes del Servicio de Vigilancia Aduanera, la empresa pacense "procedió a la regeneración de grandes cantidades (le alcohol desnaturalizado y lo vendió para la fabricación de bebidas a diversos destinatarios". Funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera controlaron durante varios meses las actividades de la Alcoholera de Villafranca, SL, por sospechar que estaba dedicándose a regenerar cientos de miles de litros de alcohol desnaturalizado para convertirlos en bebidas útiles para el consumo humano.

La regeneración se realizaba en la propia factoría mediante un proceso de nueva destilación o rectificación del alcohol desitinado a uso industrial.

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