El Museo de Bellas Artes de Bilbao presenta un catálogo de la obra gráfica de Antonio Lorenzo desde 1959

La totalidad de la obra gráfica realizada por el pintor Antonio Lorenzo ha sido reunida por vez primera en una exposición organizada por el Museo de Bellas Artes de Bilbao. La muestra antológica recoge 1-55 piezas, en su mayoría aguafuertes, y coincide con la catalogación de los grabados editados por Antonio Lorenzo desde el año 1959. "La obra gráfica es más lúdica, más intuitiva, más fresca", dice el pintor, "y completa el mundo más rígido e intelectual de la pintura". La exposición permanecerá abierta al público hasta el próximo 27 de septiembre.Antonio Lorenzo, de 70 años de, edad, se define a sí mismo como un grabador tardío y autodidacta. "No empecé a practicar las técnicas gráficas hasta l959" ' recuerda, "y nunca lo he hecho con una intención trascendente sino tan sólo para divertirme. Siempre he estado dentro de la pintura, y el grabado no era más que una postura complementarla de ella". Sorprendido ante el volumen de obras reunidas en la exposición antológica señala: "Jamás pensé que esto era posible. ¡No sabía que tenía tanta obra!

Antonio Lorenzo, fundador del Museo de Arte Abstracto de Cuenca, fue uno de los iniciadores de la vanguardia artística madrileña y constituyó un precedente para el grupo El Paso. A pesar de que Lorenzo considera la obra gráfica como un camino lúdico e intuitivo que "completa el mundo más rígido e intelectual de la pintura" se niega a establecer una subordinación del grabado frente al resto de géneros artísticos. "La pintura y la obra gráfica son formas expresivas diferentes. No entiendo el grabado como la segunda versión de la obra pictórica".

Tres décadas

La exposición de Bilbao presenta más de un centenar y medio de obras, casi todas ellas realizadas con la técnica del aguafuerte y a lo largo de más de tres décadas, lo que permite recorrer la evolución artística y el perfeccionamiento técnico que logra Lorenzo. "Es como un retrato de mi trayectoria", dice el Antonio Lorenzo, "que me sorprende tanto como pueda hacerlo a un espectador ajeno"."Si la historia del grabado alcanza un nivel muy alto en su expresión artística", afirma Lorenzo, "se debe sobre todo a que pintores y escultores lo han cultivado. El grabado tiene asignada en este momento una función estética que nunca había tenido. Si prolifera, se debe a que es más asequible que un cuadro o una escultura. No creo que este pequeño éxito se deba a su lenguaje específico sino a su papel de pasar por un medio cuadro colgado de una pared. Estos motivos, aparentemente nobles y democráticos, han tenido repercusión en el mundo profesional del grabado y en el cambio de su imagen: son más grandes, la imagen debe ser visible de lejos y, si es posible, el color y el trazo más intensos".

Lorenzo, subraya que el lenguaje del grabado y su papel social ha variado, y arremete contra el cambio. "Algunos tipos", dice, "entre los que me encuentro, no se han tragado la píldora de esta benéfica democracia e insisten erre que erre en permanecer fieles a ciertos aspectos tradicionales del arte, entre los que se encuentra el dibujo, el grafismo puro, sus tensiones, que ninguna técnica mixtificadora debe eliminar".

El Museo de Bellas Artes de Bilbao dedica desde hace tiempo una especial atención al estudio, la exposició y la extesión de la obra gráfica. Una publicación sobre los grabados de Alfredo Alcaín inició hace pocos años los trabajos de catalogación de la obra gráfica firmada por muchos artistas contemporáneos. Posteriormente, se han editado con periodicidad anual catálogos antológicos bien documentados sobre la obra gráfica de Bonifacio Alonso, Eduardo Chillida, Andrés Nagel, Equipo Crónica, Lucio Muñoz y Joan Guinovart, entre otros muchos artistas.