Dibujo en el espacio

Realizada, en colaboración con el ICA de Amsterdam, La poesía de la forma es la primera retrospectiva de Richard Tuttle en Europa. La muestra consta de tres secciones. La historia incluye algunas de las piezas más significativas concebidas por Tuttle a lo largo de los últimos 30 años. Y lo primero que llama la atención en esa trayectoria es su tranquilo ritmo de avance en la senda que conduce desde el dibujo hasta el objeto, y viceversa. Es el mismo camino que justifica la cuidadosa intervención que ha llevado a cabo Tuttle en la sala donde se exponen las esculturas de Julio González.Tuttle comenzó en los años sesenta realizando sencillas piezas de madera pintada que se colgaban en la pared como dibujos que constituían su pro pio ` marco. Siguió trabajando con textiles recortados en formas irregulares y, dentro de la misma estrategia dibujística de recorte de los materiales, con papeles que pegaba directamente en la pared como proyecciones de objetos tridimensionales. Algunos de estos papeles, blancos sobre el muro blanco, constituyen un ejemplo impresionante y difícilmente superable de ascetismo artístico, ya que no de minimalismo. Ya en los años setenta, y en una dirección semejante, comenzó a desarrollar sus piezas de alambre, que salían del muro para internarse en el espacio, donde Tuttle jugaba no sólo con la línea del propio alambre, sino también con el dibujo sobre la pared y el trazado por la propia sombra.

Materiales pobres

Los Dibujos sobre el suelo, la segunda sección de la muestra, pueden ser considerados como un desarrollo del principio de las assemblage, propuesto por Kurt Schwitters en los años veinte. Los componen materiales pobres y frágiles -madera, tela, papel, cartón-, pero tan delicadamente tratados que su humildad se eleva al rango de una dignidad casi religiosa. Incluso las ocasionales bombillas no hacen sino subrayar su apariencia de ingenuidad cromática. En todo caso, también aquí se trata de una extensión de los límites del dibujo: la obra aparece como un producto estrictamente poético, un objeto tanto más inocente cuanto que, como afirma el propio Tuttle, "sólo se parece a sí mismo". La muestra se completa con una amplia selección de dibujos de la colección de Herbert y Dorothy Vogel, producto de años de amistad con Tuttle y de seguimiento directo de su obra casi desde los inicios. En este caso se trata, por supuesto, del ámbito del que siempre ha partido su trabajo.

Así como sus esculturas se presentan como dibujos, el propio TuttIe ha definido el dibujo, como "la idea de una escultura'" Son papeles de expresión tenue y disciplinada. Reclaman la misma concentración a la que deben su origen. Y el mismo sentido de la libertad que tan austeramente proclaman. Tuttle los considera, al igual que cada una de sus obras, como "experiencias específicas", que son las únicas que debería proporcionar el arte.