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Bérégovoy lanza 13.000 policías contra los camioneros

El Gobierno socialista francés, que preside Pierre Bérégovoy, decidió ayer emplear la fuerza contra los camioneros que, desde hace una semana, paralizan el tráfico automovilístico en protesta contra el sistema de puntos del carné de conducir. El Gobierno, según informó Paul Quites, ministro del Interior, movilizó 13.000 policías y gendarmes provistos de porras, cascos, escudos, fusiles lanzagranadas y máscaras de gas, y el apoyo de cientos de conductores militares, decenas de tanquetas, una docena de carros de combate militares, 21 helicópteros y varios aviones Transall de transporte de tropas.

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Este despliegue no había conseguido anoche despejar las rutas de Francia. Los camioneros no ofrecían serias resistencias a las fuerzas del orden y rehacían la barricadas de vehículos pesados en otros puntos. Las emisoras de radio informaban que el tráfico seguía siendo infernal en el Sureste y todas las regiones septentrionales del país. Al caos seguían contribuyendo numerosos grupos de campesinos que cortaban carreteras y vías férreas como la Burdeos-Toulouse. A medianoche, el número de barricadas se elevaba a 200.En las negociaciones celebradas desde primeras horas de la tarde entre tres ministros y representantes de los empresarios y trabajadores del transporte por carretera, comenzaba a perfilarse un posible final de la crisis. Sin renunciar a la aplicación del carné con puntos, el Gobierno ofrecía mejoras de las condiciones laborales de los conductores y la posibilidad de que los patronos puedan ser considerados responsables de algunas infracciones cometidas por los camioneros, como los excesos de velociad motivados por las prisas en entregar la mercancía. También se intentaba garantizar que los conductores mantengan sus puestos de trabajo en caso de pérdida de puntos o suspensión del carné.

Terminaba con una ligera esperanza una jornada que había comenzado con aires bélicos. A primeras horas de la mañana unos 550 policías antidisturbios provistos de porras, fusiles lanzagranadas y máscaras de gas, se lanzaron al asalto de la barricada de camiones establecida una semana atrás en Phalempin, a 15 kilómetros de Lille. Esa barrica da bloqueba la autopista A 1, que comunica las ciudades de Lille y París. Las fuerzas de seguridad estaban apoyadas por sus propios blindados ligeros y un tanque AMX 30 del Ejército. El tanque iba a ser utilizado para remolcar los camiones y situarlos al borde de la autopista.

Los camioneros, pese a lo que habían dicho en los días anteriores, no opusieron resistencia. De hecho, ya sólo quedaban 100 de los 500 que habían llegado a par ticipar en la barricada. A la vista de la acción del AMX, ellos mismos retiraron la mayoría de sus vehículos. El espectáculo del tanque arrastrando un primer camión les impresiono. "Nos vamos; nuestro camión es como nuestra mujer, no soportamos que nadie lo toque", dijo uno de ellos con lágrimas en los ojos.

Un par de horas después, las autoridades informaban que la barricada de Phamlempin había desaparecido y que el tráfico iba a ser restablecido en breve en la autopista A-1. Esta información era demasiado optimista. A las 11 horas, los conductores de Phamlempin habían reconstituldo la barricada.

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Tras una semana de inactividad, Pierre Bérégovoy, el primer ministro, parecía decidido a oponerse frontalmente a la revuelta de los camioneros. Reiteró que el carné con puntos no será retirado y ordenó a las fuerzas del orden que multiplicaran las intervenciones. Al mismo tiempo, convocó una reunión, a partir de las 15 horas, entre tres ministros y, representantes de los patrones y, conductores de camiones. A lo largo de la mañana, las fuerzas antidisturbios deshicieron una barricada en la nacional 568 entre Arles y Fos-sur-Mer, restableciendo la circulación entre Languedoc y Provenza. Al Este de Lyon, desmantelaron la muralla de camiones que bloqueaba la autopista A-43 y detuvieron a tina veintena de conductores. A primera hora de la tarde, una decena de barricadas habían sido eliminadas por la fuerza.

Pleno apoyo

"Tengo el pleno a poyo del presidente de la república y el primer ministro para restablecer la libertad de circulación", anunció Paul Quiles. El ministro del Interior informó que 171 camioneros habían sido detenidos y otros 1.060 multados. Esas cifras se ampliaron a lo largo de la jornada de ayer. Quiles denunció "las violencias racistas en las barricadas" y citó el caso de Pierralatte, donde los camioneros "dejan pasar a todos los extranjeros salvo los magrebíes".

Algunas informaciones parecían confirmar el comienzo del fin del bloqueo de las rutas francesas. Los conductores de camiones cisternas que cercaban el puerto fluvial petrolero de Gennevilliers decidieron abandonar la batalla. "Más vale retirarse con honores tras haber hecho conocer nuestras quejas a todo el planeta", dijo Tarzán, su líder.

No obstante, la situación se agravó en otros puntos del país. En Auvernia, Alsacia, Saboya y Ródano-Alpes se crearon nuevas barricadas de camioneros. Las que cercaban las ciudades de Caen (Calvados) y Alençon (Orne) fueron reforzadas.

En el momento en que comenzaban las negociaciones entre el Gobierno y los transportistas, el número de barricadas en todo el país ascendían a un total de 160.

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