La rebelión campesina

Si las fuerzas de los transportistas parecían decaer ayer tras una semana de revuelta, las de los agricultores en lucha contra la nueva Política Agraria de la Comunidad Europea (PAC) daban la impresión de estar intactas. Tras haber fracasado el pasado 23 de junio en su intento de cercar París con tractores y haber triunfado, tres días después, en una acción semejante contra Eurodisney, la Coordinadora Rural volvía a movilizar sus tropas. Nacida hace sólo seis meses al margen de los sindicatos agrícolas tradicionales, la Coordinadora Rural se ha convertido en la punta de lanza del descontento campesino.La Coordinadora anunciaba ayer haber cortado con sus tractores la carretera nacional 7 a la altura de Communay y Romans. En la región Midi-Pirineos, la coincidencia de las protestas de camioneros y agricultores creaba una situación angustiosa. Las barricadas de los primeros seguían en pie de guerra y las de los segundos nacían a una velocidad qué desbordaba a la gendarmería. Toulouse estaba prácticamente cercado por camiones y tractores, mientras en numerosas poblaciones meridionales grupos de campesinos arrojaban frutas frente a los edificios oficiales.

En la región marsellesa volvían a circular los trenes en dirección a Lyon, tras un fin de semana de parálisis a causa de los neumáticos incendiados y otros obstáculos colocados en las vías por los campesinos. El enlace Grenoble-Valence volvía a la normalidad. Pero la dirección de los ferrocarriles franceses confesaba que los convoyes tenían retrasos de dos o tres horas por la peculiar guerra de guerrillas de los agricultores de Ardeche y Drome.

Los diferentes grupos campesinos coincidían en denunciar la PAC, pero expresaban opiniones diferentes en relación a los camioneros. Unos aseguraban que eran solidarios con los transportistas en lucha contra el carné de conducir con puntos; otros protestaban porque el bloqueo de las carreteras les impedía dar salida a sus productos.