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Dos generales 'duros', promovidos a puestos clave de Rusia

Dos generales duros acaban de obtener sendos puestos clave en Rusia: Borís Grómov -el legendario jefe de la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán- ha sido nombrado viceministro de Defensa, y como comandante del 14º Ejército ruso, emplazado en el Transdniéster, Alexandr Lébed, quien en agosto del año pasado, durante el intento de golpe de Estado, llevó sus tanques a la Casa Blanca para defender al presidente Borís Yeltsin.

Los nombramientos representan otro triunfo de la política del vicepresidente ruso, Alexandr Rutskói, basada en adoptar una posición dura ante los conflictos interétnicos en el territorio de la antigua URSS y defender, con las armas si es necesario, tanto a la población rusohablante, esté donde esté, como los intereses estratégicos en las fronteras de Rusia."No está en la tradición ni en el carácter del ruso mirar impasible cómo, ante tus propios ojos, hieren, mutilan y matan a civiles" Í ha dicho el flamante jefe de las tropas rusas en el Transdniéster. El general Lébed advirtió que no tolerará que se repita "el genocidio" que ocurrió en Benderi hace diez días, aunque aseguró que el 140 Ejército mantendrá su neutralidad. "Pero la naturaleza de esta neutralidad cambiará: será una neutralidad armada", precisó.

El ascenso de Lébed, coincide con la negativa de Estonia a conceder el derecho de voto a los rusohablantes. Los 400.000 estonios que el domingo participaron en el referéndum negaron por escasa mayoría (un 53% en contra frente a un 47% a favor) la concesión de la ciudadanía a los rusohablantes que representan un 30% de la población de Estonia, informa Piotr Adamski. En la consulta se aprobó por mayoría abrumadora, una Constitución que permite la celebración de las elecciones legislativas y presidenciales antes del 28 de septiembre.

Borís Grómov, general de 49 años con fama de nacionalista bastante conservador, había ocupado el puesto de viceministro de Interior de la desaparecida URSS cuando el titular era Borís Pugo, el único de los ocho golpistas que optó por suicidarse cuando la aventura de agosto fracasé.

Tras un periodo de silencio e incertidumbre sobre su suerte, debido a que no se aclaraba el papel que había desempeñado en la intentona golpista, Grómov reapareció en los altos puestos del país como primer vicecomandante de las Fuerzas Convencionales de la Comunidad de Estados Independientes, cargo que ocupaba hasta ayer.

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