Ratas en la carretera

Quienes disfrutamos del privilegio de circular o sortear -según se mire- la comarcal 342, que enlaza las poblaciones de Campillos -Málaga- con El Saucejo -Sevilla-, asistimos gratuita y diariamente a un safari donde la graciosa y oronda rata gris no falta, o, en el colmo de la fortuna, vivir la apasionante aventura de que, por arte de birlibirloque, nuestro vehículo y aun el que llegue de frente desaparezcan, envueltos por una densa humareda.Hay que agradecer a los ayuntamientos indicados, como a otros muchos que resultaría prolijo citar, a lo largo y ancho de nuestra curtida piel de toro, su desvelo por el medio ambiente, la salud pública y la seguridad vial, por colocarnos, dsbordándose por las cunetas de la 342, sendos basureros municipales. Sin duda, el civismo y la solidaridad de los depositantes anónimos de escombros y desperdicios, que campan sin sociedad, pero en comandita, embelleciendo y aseando las carreteras de nuestro país, no eran bastantes.-