_
_
_
_
_
CONFLICTOS DE MINORÍAS ÉTNICAS

Snegur afirma que Moldavia está en guerra con Rusia

"Hay que llamar a las cosas por su nombre: estamos en guerra con Rusia". A partir de esta premisa, el presidente de Moldavia, Mircea Snegur, planteó ayer al Parlamento de su país la necesidad de que proclamara formalmente que el 140 Ejército ruso está ocupando de forma ilícita el Transdniéster, y, en consecuencia, ha desencadenado una guerra no declarada. La jornada de ayer no registró combates comparables a los que durante el fin de semana produjeron decenas de muertos en Benderi, pero prosiguieron los movimientos de tropas por ambos bandos. Además, un ataque moldavo contra un depósito militar ruso se saldó con más de una veintena de bajas, lo que contribuyó a aumentar el temor de una intervención masiva del Ejército ex soviético.

Más información
Landsbergis y 'el peligro ruso'

El coronel Alexandr Baranov, jefe de personal del 140 Ejército ruso, admitió ayer que en el ataque al depósito perecieron 22 soldados y cuatro oficiales.El presidente moldavo consideró ayer "sin precedentes" las declaraciones efectuadas el domingo por Borís Yeltsin, en el sentido de que su Gobierno no podía permanecer impasible ante el derramamiento de sangre rusa en Moldavia, con lo que el presidente ruso apoyaba con más claridad que nunca las posiciones de su vicepresidente, Alexandr Rutskói, que horas antes declaraba que se estaba cometiendo genocidio contra los rusos.

Para el presidente moldavo, Snegur, el rumbo que está siguiento la política de Moscú en las últimas semanas muestra que "Rusia está reclamando para sí el papel de gendarme de la Comunidad de Estados Independientes [CEI]". Ese papel, sin embargo, no lo está ejerciendo Rusia tanto dentro de la CEI como en una república que se autoexcluyó de la comunidad (Georgia), y la propia Moldavia, que algunos consideran fuera de la CEI porque su Parlamento no ha ratificado la integración.

En opinión de Snegur, la pregunta clave es ésta: "¿Están las autoridades rusas provocando los conflictos para mantener su control sobre los Estados recién independizados?".

Moldavia está dando pasos hacia una guerra con Rusia, pese a la enorme diferencia de potencial entre ambos países, que se aprecia con claridad comparando sus poblaciones: cuatro frente a 150 millones de habitantes.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El motivo del litigio es el control de la zona situada en la orilla izquierda del Driléster, cuya mayoría eslava -rusos y ucranios- ha instaurado una república soberana para evitar que la mayoría de la población moldava, de origen rumano, acabe integrándolos en Rumania. Para ello han contado con el apoyo del 14º Ejército, primero de manera implícita y de forma explícita este fin de semana, durante la reconquista de Benderi.

Al Gobierno moldavo se le hace difícil renunciar al Transdniéster por dos motivos: porque casi el 40% de la población es allí de origen moldavo, y porque en ese territorio se encuentra el 37% del potencial industrial de la república. Las autoridades del Trandsniéster han sido capaces de dejar sin gas a la mayoría de Moldavia, tras cortar el sábado el gasoducto que pasa por su territorio, y se teme que puedan tomar la decisión de cortar también el suministro eléctrico.

Durante la jornada de ayer, un buen número de vehículos blindados moldavos siguió concentrándose en las afueras de la castigada Benderi, ciudad de 140.000 personas mayoritariamente habitada por rusos, qué se halla, sin embargo, en la orilla derecha del Dniéster.

Esta acumulación de tropas se interpretaba de forma diferente según el bando: para los moldavos es necesaria para evitar un ataque del Ejército ruso contra la capital de la república, Kishiniev, situada sólo 70 kilómetros más hacia el oeste; para los rusohablantes del Transdniéster, son los preparativos de un nuevo ataque moldavo contra Benderi.

Negociaciones

Paralelamente a la actividad bélica, los viceministros de Exteriores de Rusia, Moldavia, Ucrania y Rumania se reunieron ayer en Kishiniev en un intento de conseguir un arreglo pacífico. Anoche, un portavoz del presidente rumano, Ion Iliescu, declaró a France Presse que Yeltsin y Snegur habían pactado un alto el fuego inmediato en Moldavia y que los presidentes de Rusia, Moldavia, Ucrania y Rumania se reunirán en Estambul esta misma semana en el curso de una reunión de países ribereños del Mar Negro.

Cuando Rutskói habló el sábado de genocidio contra el pueblo ruso, se refirió también a los ataques que está sufriendo la población de Osetia del Sur, territorio que forma parte de la República de Georgia, por parte de tropas georgianas. El vicepresidente tenía previsto desplazarse ayer a esa zona, pero suspendió el viaje a última hora. El que sí echó más leña al fuego fue Serguéi Filátov, vicepresidente del Parlamento ruso, que insistió en considerar que los osetios estaban sufriendo un "genocidio" y que se les quiere "expulsar de sus tierras ancestrales".

El presidente del Consejo de Estado de Georgia y ex ministro soviético, Edvard Shevardnadze, acusó ayer a los dirigentes rusos de exacerbar los extremismos de ambos bandos y de haber,dado al traste con sus esfuerzos de negociación.

Shevardnadzé advirtió que en todo el Cáucaso -incluidos los territorios integrados en la Federación Rusa- hay fuerzas antirrusas deseosas de provocar un conflicto generalizado. "Todo el norte del Cáucaso puede arder", sentenció en unas declaraciones a Itar-Tass.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_