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La Administración reconoce que está desbordada por el aumento de objetores

El director general de Asuntos Religiosos y de Objeción de Conciencia, Dionisio Llamazares, reconoció ayer ante la Comisión de Justicia del Congreso que la prestación sustitutoria de los objetores tiene "graves problemas" de funcionamiento. Estos problemas se derivan de la falta de plazas suficientes para colocar al alto número de jóvenes que objetan al servicio militar, y de la lentitud en los trámites administrativos.En este sentido, admitió que al Ministerio de Justicia le cogió "desprevenido" el espectacular aumento del número de objetores que se produjo en 1990, coincidiendo con la guerra del Golfo, año en que pasó de 13.000 a 27.000.

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