Una ciudad sin coches puede, ser hasta cinco veces más barata, según un informe de la CE
"El sueño de la ciudad sin coches es una reforma necesaria y realizable, tanto desde el punto de vista económico como medioambiental", dijo ayer en Bruselas el comisario de Medio Ambiente, Carlo Ripa di Meana, en la presentación de un informe de la Comisión Europea en el que se invita a los Gobiernos a tomar medidas urgentes. El modelo teórico de una ciudad sin automóviles es entre dos y cinco veces más barato, según la densidad de circulación, que la realidad actual de aglomeraciones urbanas de las capitales europeas, dominadas por los continuos atascos.
El automóvil privado, promocionado como un triunfo de la libertad individual, es el más voraz consumidor del elemento más preciado de las ciudades, que es el espacio, Además es incompatible con el medio ambiente "como lo prueba la contaminación sonora, atmosférica y visual que ocasiona las zonas urbanas", afirma el informe. Dentro de la CE, la población española sufre el récord negativo de ruidos provocados por la circulación y un 74% soporta niveles superiores al máximo permitido de 55 decibelios.El informe sobre la ciudad sin automóviles privados desarrolla uno de los aspectos del Libro verde sobre el medio ambiente urbano, que fue aprobado por los Doce en enero del pasado año. En él se afirma que está en crisis la cultura formulada en su día por el antiguo presidente francés Georges Pompidou con la máxima de que "hay que adaptar la ciudad al coche".
Según Ripa, hace falta hacer justamente lo contrario. "El sueño del coche ha acompañado el crecimiento en Estados Unidos y Europa, pero se está en una pesadilla que paraliza las ciudades" dijo el comisario. Puso como ejemplo que el 53% de la población de París carece de vehículo, pero tiene que sufrir las consecuencias de los que lo tienen.
El informe destaca que la velocidad media de un servicio puerta a puerta es de dos kilómetros por hora y que en una hora punta transporta más personas una sola línea de metro que las largas filas de automóviles atascados.
Nuevas normas
La propuesta de la Comisión Europea no constituye un plan concreto, sino una simple orientación", porque "las competencias en esta materia", recalcó el comisario, "corresponden a los Estados miembros". Sin embargo, los próximos 21 y 22 de septiembre la CE organizará un foro en el que participarán representantes de los poderes públicos, fabricantes de automóviles, científicos y grupos de defensa del medio ambiente con el objetivo de plantear nuevas normas para 1996 y definir objetivos para el año 2000.
Las medidas anticontaminación puestas en marcha (obligación de catalizadores a partir del próximo 1 de enero, pago por aparcar en el centro o restricciones a la circulación) "no bastan", afirmó Ripa, quien se pronunció a la vez por aplicar a rajatabla el principio de "quien contamina paga". El vehículo eléctrico puede ayudar a "mejorar la situación, pero no solucionará la falta de espacio físico", añadió.
Giro radical
En su opinión, hace falta una política a medio y largo plazo para resolver los problemas de fondo con los que no pueden las medidas momentáneas. Los Gobiernos deben afrontar un giro radical en las inversiones para garantizar transportes públicos suficientes y eficaces, cuyo coste correría a cargo del Estado.
El modelo teórico cuesta entre la mirad y cinco veces menos que la realidad actual (infraestructura vial, aparcamientos, todo lo relacionado con la circulación y precio del coche y los seguros) que "paga el ciudadano". Además, habrá que "persuadir a los fabricantes de automóviles para reorientar sus actividades y su producción".
La Comisión Europea ha lanzado la experiencia piloto de formar "clubes de las ciudades sin coche" a la que se han apuntado de momento Nápoles, Aosta, Bath, Lovaina y Amsterdam. En la ciudad holandesa un reciente referéndum reflejó una mayoría partidaria de prohibir la circulación rodada por el centro urbano, medida ya en marcha en capitales como Oslo.
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